Internet es una plaza pública donde hay de todo. Se pueden encontrar agujas en el pajar pero lo que predomina es la paja. La información sobre salud suele ser de calidad deficiente o dudosa, por exceso, inadecuación o falta de rigor entre muchas razones. Los rumores son también muy frecuentes. Youtube y las redes sociales viralizan con facilidad mensajes que no están contrastados o son directamente falsos. En mi opinión los profesionales sanitarios tienen un papel determinante en esta escena. Las obligaciones de una enfermera o un médico no acaban en su consulta. La sociedad de la información nos pide a todos cambios y adaptaciones en los usos y costumbres, en el mundo sanitario también. Un profesional sanitario público se debe a la sociedad para la que trabaja, esto implica un grado de participación en la arena pública y un rol a la hora de emitir contenidos sobre salud o estar al tanto de los que circulan por internet para detectar y señalar bulos o rumores falsos.
La iniciativa Gripe y Calma fue un paradigma del papel que los profesionales sanitarios pueden tener en un momento de crisis social como fue la epidemia de gripe A del año 2009 que suscitó alarmas, vacunaciones masivas y uso de antivirales de una forma sobredimensionada. Un grupo de médicos de familia salió a la arena pública para explicar lo que estaba pasando y aportar evidencia científica que aportara valor a la sociedad. Este tipo de acciones, individuales o colectivas, son necesarias en nuestro tiempo. La voz de profesionales independientes en cualquier campo es de gran valor dentro de un paradigma guiado por intereses económicos y comerciales.
Algo está moviéndose lentamente. Espero que la voz de los que se dedican a la salud salga desde sus consultas a la calle.