Tu primer dilema será si vas a coger o no tu plaza.
En el MIR, la única persona que elige especialidad y sitio es el número 1. El resto de mortales estamos obligados a recoger las sobras que no han querido los demás.
Los motivos que llevan a una plaza son variados. Puede ser el tipo de especialidad de la plaza, el lugar de la misma, la salida laboral, el prestigio de haber realizado la residencia en un servicio determinado, etc. Iré explicando un poco las diversas posibilidades en este sentido, siempre desde mi experiencia.
1) Especialidad vs Lugar
Si tienes una especialidad en mente creo que te merece la pena movilizarte para ejercerla. Lamentablemente a veces olvidamos que cada número del MIR es un mundo, y a lo mejor hay casos en los que desplazarse 300 km no merece la pena.
En el caso de tener que desplazarse lo mejor es buscar un sitio con buenas comunicaciones con tu ciudad de origen, sobre todo que no te vayas a gastar la mitad del sueldo del residente en el alquiler del piso y la otra mitad en transportes hacia casa de tus padres.
Debo hacer una pequeña advertencia en este sentido. Se llega a pasar mal cuando estás lejos de los tuyos, más cuando no estás acostumbrado, aunque te puede llegar a merecer la pena. Nunca deberías quedarte en tu ciudad y elegir una especialidad que no te gusta por estar con tu familia o con tu pareja o amigos.
Siempre he sido de la opinión de luchar por conseguir los sueños. Si te mueres por hacer pediatría, vives en Barcelona y la única plaza viable es en Santander, ¿Por qué no arriesgarse? Coloca en una balanza los pros y los contras y toma la decisión.
2) Lugar vs Especialidad.
Una opción no tan infrecuente como podría parecer. Debido a la forma de desarrollo de la carrera de medicina, a muchos nos gustan demasiadas especialidades pero nos quedamos cortos con las generalistas o las más oligotemáticas. En estos casos de duda escoger en base a permanecer en tu ciudad puede ser una buena alternativa.
Como "pros" tienes el vivir unos años más en casa de tus padres (lo cual puede permitirte ahorrar para comprar un coche o pagarte la entrada de un piso), además de permanecer con tus amigos o tu pareja. Os podrá parecer una tontería en principio, pero si hubiese podido ahorrar todo lo que me he gastado en piso, manutención y parecidos podría haberme comprado un coche o al menos dar una buena entrada.
Al no tener claras las cosas desde un principio puedes tener síndrome del burn-out antes que otros residentes. Por contra, la práctica hace al maestro. Cualquier médico puede ser un buen especialista si se dedica a ejercer. La diferencia entre la medicina práctica y la estudiada es abismal.
3) Elegir plaza por encima de todas las cosas.
Aunque seas de Cuenca y te vayas a hacer medicina familiar y comunitaria en Tenerife. No es un caso tan infrecuente, más en tiempos de crisis donde a veces es necesario hacer un "sacrificio" para no suponer un estorbo más en casa. Después de todo, como estudiante no aportas pecunia, y a veces te puedes llegar a sentir un inútil cuando llevas mucho tiempo sin trabajo repitiendo día tras día, tras día, tras día la misma rutina de estudio.
Como suelo decir, la medicina es una amante cruel y acaparadora, altamente incompatible con otros trabajos u otras profesiones. En muchas ocasiones te merece la pena hacer una especialidad para cotizar durante unos años y obtener "los dineros". Medicina Familiar y Comunitaria, por ejemplo, es una especialidad "puente" que te permite también ejercer como Médico de Urgencias, y si te mueves un poco puedes llegar a tener trabajo aunque sea en pueblos de la sierra.
4) Repetir el MIR.
Os sorprenderíais de la gran cantidad de repetidores que hay cada año en el MIR. Es muy raro conocer a alguien que haya obtenido su plaza "a la primera". Demasiados médicos no se encuentran cómodos ejerciendo de médicos de familia, prefiriendo la dinámica hospitalaria o alguna superespecialización determinada.
Sin embargo, hemos de tener en cuenta que el examen MIR es cada año más "raro" que el anterior, añadiendo un plus de dificultad en base a fotografías o preguntas tipos casos clínicos. Conozco gente que se ha presentado al año siguiente y han obtenido peor puesto. También tengo el caso cercano de personas de mi quinta aún en busca de plaza por no conseguir la plaza de sus sueños. Con el tiempo que han tardado en preparse el MIR podrían estar a punto de terminar una especialidad y así se podrían presentar con un título de especialista en la cartera, la experiencia de haber ejercido y no sólo la sensación de haber perdido inútilmente el tiempo estudiando.
Nuevamente debemos hacer un balance entre riesgo y beneficios. Si tienes una nota aceptable en tu promoción, has estudiado como deberías estudiar y a pesar de todo tienes un 5000 hay que plantearse seriamente si con más tiempo podrías mejorar tu puesto.
En el caso de tomar la decisión de volver a presentarse, mucho cuidado con trabajar y estudiar. Cuando trabajas muchas veces estás cansado para estudiar un tema, y la sensación de falsa seguridad económica detrás desmotiva para esforzarse en obtener una plaza. En caso de repetir libros, corres el riesgo de no estudiarte los temas nuevos y confiarte con la materia que ya conoces.
Si decides repetir el MIR deberías esforzarte al máximo y estudiar todo lo estudiable. Repetir por repetir no es una buena opción.
5) Y ya está.
Sí, sé que no me he mojado y he repetido muchos conceptos de otras entradas, pero en realidad tu decisión a la hora de escoger plaza puede limitarse a cuestiones tan simples como las anteriores. A veces no está de más replantearse las cosas desde otro punto de vista.
Piensa las cosas con calma y sin ofuscarte. Muchas veces la vida es más sencilla de lo que nos puede parecer en un primer momento. Sólo trata de verla con un poco de distancia y perspectiva.