- Estar relajado. Existen relaciones evidentes entre el estrés y el desarrollo de artritis. Es decir, el grado de ansiedad diario puede hacer que se resientan las articulaciones.
- Alejarse de los ácidos. El vinagre o los vegetales ácidos como los tomates, las espinacas o las grosellas perjudican las articulaciones. Evítalos si suelen dolerte y huye también del café, las carnes rojas, el marisco, el embutido y el azúcar. Los alimentos que te benefician son el apio, los caldos vegetales claros, el ajo, la cebolla y los frutos secos.
- Mover las articulaciones. El sedentarismo es el peor enemigo del dolor articular, mientras que el ejercicio mejora el tono muscular. Incluso si hay dolor la mejor solución es el deporte. En general, se recomienda practicar deportes suaves como el método Pilates, para activar sin sobrecargar.
- Mantener a raya el peso. Cualquier exceso de kilos multiplica notablemente el riesgo de sufrir lesiones en las articulaciones, sobre todo las rodillas. Por ello, se debe deshacer de los kilos de más para liberar a las articulaciones que soportan el peso de una presión excesiva.
- Un buen masaje de vez en cuando. En manos de una persona cualificada, puede ser de gran ayuda. Aumenta la circulación de la zona afectada y regenera el líquido que reduce la fricción entre los cartílagos y que lubrica las articulaciones durante el movimiento.
- Tomar infusiones.Por ejemplo, el jengibre no solo reduce el dolor de rodilla en pacientes con osteoartritis, sino que además, mejora su función. Por otro lado el té verde alivia la inflamación y la artritis reumatoide.
- Cuidar las posturas.Para llevar peso lo correcto es distribuir la carga y cuando se tome algo del suelo, es necesario flexionar las rodillas y procurar hacer la fuerza con los músculos de las piernas. En cuanto a la postura, se debe sentarse con la espalda recta, sin cruzar las piernas y apoyando los pies en el suelo o en un reposapiés.
- Aplica bien el frío y el calor. El calor relaja y disminuye el estrés o la rigidez que los artríticos experimentan por la mañana. Para multiplicar sus efectos terapéuticos, lo mejor es un baño de agua caliente con una taza de sal marina o de magnesio. El frío aplicado con compresas de hielo es útil solamente si el dolor proviene directamente de una lesión.