Hace unos días encontré este artículo, que habla en tono de humor sobre cómo amamantar “apropiadamente”. Tengo que decir que me resultó bastante gracioso, evidentemente, leyéndolo como la broma que es. Dirigido a todas esas madres a las que alguna vez nos han mirado/criticado/comentado. Y a todas esas personas que ven la lactancia como algo sucio o dañino para la vista. ¡Viva la lactancia materna en libertad!
Has decidido amamantar. ¡Fantástico! La lactancia materna es una maravillosa manera de alimentar a tu bebé a la vez que estableces un fuerte vínculo afectivo. Lamentablemente, la leche materna sale de los pechos, por lo que hay unas reglas básicas que tienes que cumplir.
Como sabes, la modestia (femenina) es un valor altamente protegido en la sociedad moderna, a menos que seas una modelo de portada de revista o de un vídeo musical, exponer tus ubres femeninas es algo totalmente inadecuado. La ciencia ha demostrado que los pechos son básicamente grandes vaginas. Sólo tú y tu pareja deberíais verlos… Sólo porque tus pecho-ginas estén llenos de leche, no significa que tengas que agitarlos a tu alrededor.
“No me expongo mucho cuando amamanto.” Esta es una excusa común de las madres exhibicionistas. El hecho de saber que tus pezones pueden ser visibles en cualquier momento es ofensivo y una tentación para los hombres casados o recién prometidos.
Historias reales:
“Vi a una mujer amamantando en un parque y el deseo se apoderó de mí. Dejé a mi esposa ese mismo día.” – John, 34 años, Nebraska
“Yo era un hombre casado con ocho hijos. El mes pasado vi a una mujer amamantando a su bebé en un parque. Ahora estoy casado con ella.” – Luke, 45 años, Dakota del Sur
“Hace dos años era un exitoso director ejecutivo de importantes negocios. Entonces vi a una madre amamantando. Me obsesioné con los pezones y perdí mi trabajo. No puedo llegar a fin de mes.” – Anthony, de 45 años”
Ninguno de nosotros orinaría en público (sobrio), así que por favor, muéstranos la misma cortesía y libera tu néctar materno fuera de la vista.
Nota: Orinar en público y amamantar en público es lo mismo porque en ambos casos sale líquido. Llorar en público es diferente porque sucede por encima del cuello. Si puedes amamantar por las cuencas de los ojos, adelante.
Aquí hay algunos consejos que las madres deben y tienen que adoptar para ayudar a que el resto de nosotros se sienta cómodo.
Consejo #1: Utiliza un cobertor – Siempre. Hay muchos modelos fantásticos en el mercado. Damasco. De encaje. ¿O qué tal un arrullo (si fue lo suficientemente bueno para calentar al niño Jesús, es lo suficientemente bueno para tu hijo)? Las estadísticas muestran que a los seres humanos les encanta estar en espacios confinados. Los bebés están en camino de convertirse en seres humanos completos, por lo que esto se aplica a ellos también. Yo personalmente como muchas de mis comidas bajo una sábana ajustable en mi habitación y lo encuentro bastante agradable.
Por favor, no uses el verano como excusa para mostrar tus envases de leche color carne. Justo la semana pasada me comí un italiano entero bajo un edredón hecho a mano, a 32ºC, piel con piel con un amigo íntimo para simular la lactancia verano. ¿Teníamos calor? Sí. ¿Estábamos incómodos? Sí. ¿Uno de nosotros perdió brevemente la conciencia? Sí. ¿Sometimos a alguien a ver pezones? NO.
No te dejes engañar, la importancia de la circulación del aire ha sido exagerada por los políticos. Diez de cada 10 bebés informaron sobre la agradable sensación de respirar repetidamente CO2. Hay mujeres que pueden amamantar sin que nadie sepa lo que están haciendo. Si ellas pueden, tú también puedes porque todos los bebés son iguales.
Si tienes un hijo rebelde/malo que tira del cobertor en un intento desesperado de respirar aire fresco y ver el mundo que le rodea, considera algún tipo de entrenamiento casero. Es tu deber enseñarle la diferencia entre el bien y el mal. Si tu bebé no responde a la disciplina y sigue buscando oxígeno, coloca dos pajitas en su nariz, estilo buceador, para que el aire fresco pueda pasar por debajo del cobertor de arpillera sin hacernos vomitar a todos por ver la carne de tus tetas.
¿Te preocupa la decencia? Ve un paso más allá y evita que el viento te destape y exponga tus pezones desnudos cosiendo pequeñas pesas en las esquinas de tu cobertor de amamantamiento.
Consejo #2: Usa un cuarto de baño – ¿A quién no le gustan los servicios públicos? ¡Están llenos de olores y sonidos exóticos! La próxima vez tu bebé comience a quejarse pidiendo un chupito de tu goteante pecho, corre al retrete más cercano de tu ciudad.
Amamantar de pie mientras intentas evitar bacterias y sosteniendo a un niño que se retuerce tiene la ventaja de fortalecer tus músculos principales. Esa barriga postparto se irá antes de que te des cuenta, haciéndote más atractiva para el público en general. ¡Es verano, después de todo, temporada de bikini!
¿No hay percha para la bolsa de pañales? Ponla en el suelo o en el lavabo. Cuando llegues a casa, la limpias con una solución de lejía y agua para eliminar cualquier resto de materia fecal.
Si has usado tu útero más de una vez y tienes un segundo, o peor, un tercer hijo a cuestas, pídeles a los bichos que te acompañen al servicio por su seguridad. ¡Es como una fiesta! No te preocupes, si los has educado con rectitud no tocarán nada.
Ten en cuenta que amamantar a los bebés dura entre 10-15 minutos, por lo que estarás fuera antes de que te des cuenta. Si has sido maldecida con un bebé que mama durante 20 minutos o más, córtale cuando mejor te parezca. Eso le enseñará a darse más prisa. Lleva un registro de sus mejores tiempos en el iPhone y dale pequeñas recompensas (como un abrazo o un beso en la sien) por ahorrar minutos.
Los niños son para verlos pero no para oírlos, así que si eres lo bastante grosera como para llevar a un bebé a un restaurante público, es tu responsabilidad levantarte de la mesa e irte al baño a amamantar. Tu comida estará esperándote cuando vuelvas. Si se altera tu apetito por el olor de las aguas residuales, considéralo como una ventaja fantástica para perder peso y agradécelo. ¡Vas a estar estupenda con ese bikini!
El mensaje es sencillo: independientemente de lo que estés haciendo en público, lo dejas y te vas a un área privada. ¿Estás de compras? Vuelve a tu coche. ¿Has aparcado muy lejos? Busca un vagón abandonado. Piensa en los demás.
Consejo #3: Cuando salgas de casa, cambia a biberones – Si tu bebé no los ha usado antes, la culpa es tuya por no preparar a tu hijo para el mundo real. Todo el mundo sabe que es muy fácil para los bebés cambiar entre el pecho y los biberones y no afectará en absoluto a su capacidad para seguir con la lactancia materna en un entorno social apropiado (tu dormitorio en la oscuridad).
Extraerse leche materna es simple, rápido y fácil. Las madres capaces saben cómo sacarse tres litros y medio de leche en menos de siete minutos. Cuando tengas que salir de casa, ¡sólo coge algunas de tus emisiones refrigeradas! Si tus pechos se ponen dolorosamente hinchados o duros al tacto por haberte saltado tomas, quédate tranquila de saber que lo haces por el bien de la humanidad.
La leche de fórmula también está disponible y no es cara.
Los biberones ofrecen a otras personas la posibilidad de alimentar al bebé. Deja de ser una egoísta acaparando toda la alimentación con tus pezones. Tener un bebé sirve para que otras personas se sientan bien. ¡Pásalo como si fuera un balón de futbol y deja que lluevan los elogios!
Si tu hijo rechaza los biberones, sigue insistiendo. Podrás con su ánimo tarde o temprano. Sino, sigue el consejo #4
Consejo #4: Quédate en casa – Sería más fácil para ti y para todos nosotros si pasas el día en tu casa. No para siempre. Sólo hasta que tu hijo aprenda a tomar biberón o a comer alimentos que no salgan de tus partes íntimas. Hay muchas cosas que hacer en casa: ver la televisión, pasar el rato en el patio (no des de mamar allí a menos que tengas un muro bastante alto; de nuevo RESPETO), cocinar, limpiar, hacer la colada y por supuesto, Facebook. Pero por favor, no subas fotos tuyas amamantando a internet. Lo último que nadie querría ver en internet son pechos femeninos en un contexto inocente. Es asqueroso.
Consejo #5: Aprende algo de moralidad – ¿Tienes sexo en público? No. ¿Entonces por qué mostrar tus pechos sexuales para tu hijo en público? Sólo porque sea algo natural, no significa que todos queramos verlo. Sí, toleramos que una famosa tenga un desliz y muestre la areola. Sí, hay pechos por todas partes en las revistas y en la televisión rebotando a ritmo de la música pop, pero eso es diferente. Estamos de acuerdo con las tetas si ha sido a cambio de dinero ¿Tu bebé te ha pagado? ¿No? Entonces tápate.
En conclusión, amamantar en público es para vagas, exhibicionistas, buscadoras de emociones, para madres roba-maridos que no tienen nada mejor que hacer que provocar que el resto del mundo se consuma de repugnancia. Así que tápate.
Con amor
Podéis leer la entrada original en inglés en este enlace How to Breastfeed Appropriately, escrita por Bunmi Laditan