Soluciones sencillas
Hay que dar siempre prioridad a la sencillez. Si una persona no puede subir la escalera porque su dormitorio se encuentra en la planta de arriba, lo mejor será trasladas au habitación a la parte baja antes que instalar un complicado sistema elevador.
Resistencia a los cambios
La persona mayor puede resistirse a realizar cambios que en principio parecen lógicos. No conviene imponer nuestra voluntad, ya que los sentimientos también cuentan, y mucho, para la buena salud de las personas. Las personas mayores sobre todo, pueden mantener objetos que para ellos tienen una fuerte carga emocional. Forman parte de su vida y su memoria.
Ventajas de las adaptaciones
La organización adecuada de la habitación o de la casa favorece que la persona mayor se desenvuelva con libertad; la casa adaptada a sus capacidades físicas y cognitivas permite que pueda seguir realizando muchas actividades que estimulen su aunomía.
La adaptación del entorno puede contribuir a retrasar o evitarla decisiòn de tener que recurrir a una residencia.
Priorizar la seguridad
- Conviene aumentar la seguridad de la vivienda mediante una serie de adaptaciones encaminadas a:
- Asegurar la instalación eléctrica y procurar que los interruptores estén conmutados para poder encernder y apagar las luces desde distintos lugares.
- Seguridad de los pisos. Lo más lisos posible y antideslizantes.
- Seguridad del mobiliario. Esquinas redondeadas, espacio suficiente para una silla de ruedas en su caso, alturas adaptadas de armarios y estanterías, etc…
- Seguridad en el baño con superficies antideslizantes, instalación de duchas preferiblemente a bañeras para facilitar el acceso, utilización de barras de agarre, eliminación de pestillos, etc…
Nunca olvide que la persona mayor tiene derecho a recibir explicaciones e información suficientes y consentir libremente.
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