Época otoñal, estación que este año parece que no quiere entrar del todo y que nos está regalando días de calor. Pero de repente, en cualquier momento, bajan las temperaturas o hay cambio brusco de temperatura en cuestión de horas y nos pilla desabrigados. Y ahí está el primer resfriado o algún virus que se nos había acercado demasiado.
Bien, pues mantener un sistema inmunitario sano es la mejor manera de protegerse contra esos virus de gripes y catarros.
La nutrición y el control del estrés son la clave para conseguir ese objetivo. Otros factores que deben tenerse en cuenta son el consumo de tabaco o alcohol, la automedicación con fármacos, los niveles altos de glucosa, triglicéridos y colesterol en sangre, el consumo excesivo de azúcares, los factores medioambientales y las alergias, que pueden debilitar las defensas.
Consejos preventivos
- Desinfección del aire.
Airear adecuadamente las habitaciones, así como mantener un cierto grado de humedad. Lo más importante es que el aire esté renovado y fresco. Conviene evitar en lo posible el humo del tabaco y la contaminación, debemos salir a menudo al campo o por lo menos los grandes parques de nuestra ciudad.
- Evitar los lugares con aglomeraciones.
Sobre todo cuando nos sentimos flojos, porque favorecen el contagio. Lugares como los transportes públicos, grandes almacenes, cines, etc. Si no nos queda más remedio, podemos utilizar unas gotas de aceites aceites esenciales como la lavanda o el árbol del té, que se pueden, aplicar directamente en la piel, a modo de perfume sobre nuestro cuello para prevenir contagios.
Para saber más sobre aromaterapia para prevenir gripes, no te pierdas este post.
- Ejercicio físico.
El ejercicio moderado, incluso solo caminar, o aquel que nos haga sudar, estimula las defensas naturales del organismo frente a las infecciones, de lo que se benefician especialmente las mucosas de la boca, garganta y tracto respiratorio en general, las más vulnerables en caso de gripes y resfriados.
Si hacemos un ejercicio más intenso, que nos haga sudar, debemos adecuarlo a nuestras capacidades porque si no ejerce el efecto contrario y disminuye el número de leucocitos e inmunoglobulina-A durante 2 o más días.
- Descanso adecuado.
El cansancio disminuye las defensas del organismo, impidiendo que este se renueve y se desintoxique. Por eso dormir las horas necesarias y buscar momentos de relajación física y mental durante el día ayuda a prevenir la gripe y los catarros.
Así mismo es importante el sueño y el descanso durante la enfermedad ya instaurada.
- Evitar el estrés.
La tensión nerviosa y las emociones negativas están muy relacionadas con los procesos infecciosos. Un alto nivel de estrés disminuye la resistencia a las infecciones víricas y casi dobla la posibilidad de padecer gripes y catarros. Las técnicas de relajación, visualización y el Reiki disminuyen la duración de las infecciones.
- Dieta equilibrada.
Tenemos que darle predominancia a las frutas y verduras frescas y de temporada y a los cereales integrales. Los cítricos y las crucíferas son especialmente ricos en vitamina C y flavonoides, por lo que es aconsejable consumir en esta época naranjas, mandarinas, limones, kiwis, pomelos, coles, brócoli, etc. La cura de limón es una gran ayuda para aumentar nuestras defensas y mantener limpio el organismo.
También es importante evitar el consumo excesivo de hidratos de carbono refinados, como el azúcar blanco o la bollería industrial, así como de grasas animales, alcohol y tabaco.
- Mantener una buena hidratación.
Una buena hidratación de las mucosas ayuda a rechazar las infecciones víricas y una hidratación general del organismo adecuada mejora la función leucocitaria.
La mejor bebida es el agua mineral, aunque también son convenientes los caldos de verduras y los zumos frescos caseros. Los zumos comerciales a base de concentrado contienen muchos azúcares no recomendables.
Los más adecuados son los de zanahoria, ricos en vitamina A, que estimula la secreción de factores químicos linfocíticos; uva negra, aporta taninos de acción antivírica; naranja y limón, fuentes importantes de vitamina C, conocida inmunoestimuladora. Si puros son demasiado pesados para el estómago, se pueden diluir con agua y para aumentar el efecto depurativo podemos echar una pizca de sal marina y pimienta negra.
Como medida preventiva, el zumo de limón diluido en agua caliente con miel y canela, todas las mañanas en ayunas.
Hoy en día ya se habla en medicina de la importancia de las infecciones víricas en la modificación y adaptación del sistema inmunitario, ya que de alguna manera ayudan a madurar este sistema y al individuo en todas sus facetas, física, psicológica e incluso espiritual en cuanto a la capacidad de aceptar y superar la enfermedad, así como el empuje de buscar métodos alternativos y saludables de vida y tratamiento y cambio de hábitos.
Siguiendo estos consejos no estamos libres de coger infecciones y virus, pero sí estamos más preparados organicamente para superar la enfermedad y salir fortalecidos.
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