Consejos para un lío de faldas. Un nuevo mensaje.

Antes de esto ocurrió lo que puedes leer aquí y todo empezó de esta forma.
Para los que me habéis pedido información sobre si había alguna novedad con el tema de Alonso y Lorena, he estado hablando con Alonso hace unos minutos. Ayer le dejé con la duda de si debía quedar con Ali. Aunque incluso se planteó la posibilidad de no contestar siquiera, le insistí en que eso hubiera sido más sospechoso todavía y que, si tenía la costumbre de hablar con ella o quedar, no debía cambiar radicalmente su comportamiento, al menos hasta que no tuviera claro qué quería hacer. Él parecía convencido de mis argumentos y me dijo que en cuanto me fuera, le mandaría un mensaje, pero que le daría largas e intentaría no quedar con ella.Esta tarde, antes de irme a casa, he visto que Alonso me llamaba. Le he colgado, dispuesto a llamarle en cuanto estuviera libre, pero me ha llamado varias veces más hasta que le he cogido. 
-Alonso, maldito psicópata, ¿qué ocurre? Estoy a punto de salir. Ahora te iba a llamar.
-Lo siento, lo siento. Es que tenía que contártelo, que eres el único al que le he dicho lo que está pasando. Ya sabes que pensaba en no ver en unos días a Lorena, pero al final me he liado o me ha liado ella, no sé, y he quedado para ir al cine esta noche. 
-¿Qué? ¿Y por qué dices que te ha liado?
-Bueno, me he liado yo más conmigo mismo. En realidad es culpa tuya, ahora que lo pienso.
-¿Cómo? ¿Por qué iba a ser culpa mía? 
-Pues que, sin querer, he cruzado algún mensaje con Lorena mientras le escribía a Alí como me dijiste que hiciera...
-Emm. ¿Qué? Dime que no eres tan idiota, joder.
-Bueno, sí. Es decir, no. Pero no te preocupes, que no ha sido nada grave. Podría haber sido peor. Verás, estaba contestando a Ali para darle la excusa de que estaba enfermo y que no podía quedar este fin de semana cuando me ha dicho que podíamos ir entonces al cine, que era un plan relajadito.
-¿Y? 
-Pues que entonces me han dado ganas de mear.
-No entiendo qué tiene que ver tu vejiga en todo esto.
-Pues que me he ido y no le he contestado. Cuando he vuelto, tenía también un mensaje de Lorena preguntándome si me apetecía hacer algo hoy. Y no sé qué narices ha pasado, que me he puesto nervioso y quería contestar a Ali, textualmente, "No hacen nada en el cine ¿no?" para darle otra excusa; pero en vez de a Ali, se lo he puesto a Lorena y, claro, ha entendido, lógicamente, que me apetecía ir al cine con ella. Dado que me daba mucho palo y algo de cague reconocerle el error y admitir que estaba hablando con su hermana mayor, pues la cosa ha acabado en que hemos quedado en Kinépolis esta noche. 
-Joder, eres un imbécil integral. Bueno, tampoco va a pasar nada en el cine que no haya pasado ya, así que tampoco ha sido para tanto. ¿Qué película vas a ver?
-Ocho apellidos vascos. Lo malo es que ya había ido a verla con unos colegas. Pero me lo ha propuesto ella, que no la había visto todavía, y me ha dado vergüenza decirle que yo sí.
-Pareces un adolescente, Alonso. Esta historia te está llevando de nuevo a la época del botellón.
He colgado tras escuchar sus quejas sobre su mala suerte, pidiéndole que me tuviera informado. Y que tratara de comportarse como un caballero en el cine. Él me ha vuelto a prometer que intentaría no meterse en más líos.
La historia sigue aquí.