¿Cuántas veces hemos tenido el lujo de tener frente a nosotros a una sóla persona dispuesta a enseñarnos a hacer brillar la belleza de la que hemos sido dotados? ¿no es esa belleza interna, el talento o capacidad innata de que disponemos todos los seres humanos la tarea más bella a la que se enfrenta un líder creativo?. El coaching con recursos de ocio, hace uso de las herramientas que Arte pone a nuestra disposición para que llevados de la mano de profesionales acreditados por sus conocimientos y experiencia, logran hacer surgir a su alumnado la llama de luz que les haga brillar por encima de la multitud marcando su clara diferencia respecto del resto.
Se confunde y mucho la figura del líder con la del jefe, que es una figura autoritaria, especialmente dentro del terreno de la política. El líder creativo es una figura amante de trabajar en la sombra, alejado del mundanal ruido del halago y fiel investigador del laboratorio de posibilidades que le ofrecen las personas sobre las que ejerce de guía, tiene parecido con un actor secundario. Es persona fiel a su determinación de ver el potencial creativo de las personas y trabajarlo hasta despertar nuestra valía dada su plena percepción de que el talento no es algo único y exclusivo de unos cuantos, como se nos ha enseñado desde pequeños en la escuela, sino que todos los seres vivos estamos dotados de nuestra capacidad creativa.
Se tienden a confundir las figuras del líder, que es una persona creativa y resolutiva afín a los procesos de investigación, obsérvese similitudes con directores de teatro o cine, con la de los jefes, personajes habituales en los sectores empresariales y políticos los cuales sí son muy afines a la producción en cadena, mecanizada en donde se prima el trabajo sin pensar, ya que urge llegar al resultado sin importar lo más mínimo qué comportamientos se ejercen durante el proceso para llegar a dicho resultado. Con dichas premisas parece coherente entender porqué los sistemeas del tejido empresarial exitente devenidos de la Era Industrial están fuera de tono y les encontramos perdidos en su mundanal ruido de halagos, mientras surgen poco a poco otros sistemas más horizontales en dónde se toma consciencia de la figura de un líder creativo que establece una jerarquía horizontal, muy similar a como sucede en los equipos artisticos en dónde la puesta en común es tarea obligada para el proceso de creación, el director que hace la figura de líder marca las pautas a seguir y su equipo se encarga de realizar toda la creación, con vía libre para imaginar y crear.
En una sociedad en la que el usuario tiene más y más facilidades de acceso a todo tipo de información, en dónde gracias a la red de internet la censura aunque sigue existiendo es más evidente su presencia y por tanto más denunciable, gracias a las redes sociales, el sistema que ha sido tejido por el orden empresarial y político de épocas pasadas está en clara y evidente decadencia, frente un sistema en dónde la sociedad empieza a despertar por infinidad de caminos diversos a la necesidad de reinventarse.
La creatividad es un concepto que antaño se asociaba a artistas, hoy en día es cada vez más fácil toparnos a la vuelta de la esquina con personas que aún con la más mínima formación educativa se atreve a llamarse "creativa" sin el más mínimo atisbo de vanidad en su tono y su mirada. Probablemente para que eso haya pasado y esté sucediendo ha sido porque detrás de esas posturas ha habido un trabajo en la sombra de personas que creen en el potencial individual e intransferible del ser humano, independientemente de creencias de todo tipo. Líderes que trabajan con la empatía de los otros, poniéndose en el lugar de esas personas para mostrarles que todos tenemos valor.
Líderes creativos que hacen trabajo de coaching con usuarios que están buscando un sentido y necesidad a sus vidas, lejos de las pautas marcadas por un sistema enfermo de vanidad. Resulta muy útil observar cómo las herramientas artísticas hacen llamados "milagros" en sectores donde la creatividad fue dada de lado.