Como Ethan Hawk anoche, algunos espectadores también celebramos que Patricia Arquette haya ganado el Oscar a la mejor actriz secundaria.
Con el tiempo, los espectadores acostumbrados a que nuestros nominados favoritos obtengan escasos o ningún Oscar aprendimos a encontrar consuelo, por un lado, en los pocos reconocimientos con los que estamos de acuerdo y, por otro lado (quizás esto sea síntoma de una resignación preocupante), en el desempeño fallido de las candidatas que detestamos. Por ejemplo, tras la 87ª entrega que tuvo lugar anoche, entendemos que Birdman fue sobrevalorada y que no merecía ganar en las categorías ‘Mejor película’, ‘Mejor guión original’, ‘Mejor director’, pero agradecemos que el jurado de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences haya sido más sensible al trabajo de Alejandro González Iñárritu y equipo que al de Clint Eastwood con Francotirador y al de Ava DuVernay con Selma.
Otro ejemplo… Al margen de cuánto nos fastidie su corrección política, preferimos que Hollywood premie películas que llaman la atención sobre alguna enfermedad y/o sobre algún enfermo ejemplar antes que biopics de mártires made in USA. Por eso, aunque nos habría gustado que Marion Cotillard le ganara a Julianne Moore (si bien nos gustó la actriz estadounidense en la piel de Alice) y que Benedict Cumberbatch -incluso Steve Carell- le ganara a Eddie Redmayne, volvemos a agradecerle a la Academia, esta vez por haber relegado la candidatura de Bradley Cooper por American Sniper (y, dicho sea de paso, por no haber siquiera nominado al actor que encarnó a Martin Luther King en Selma, David Oyelowo).
La búsqueda de consuelo se vuelve más ardua cuando nos topamos con lo que consideramos grandes desaciertos. Por ejemplo, que Boyhood haya sido tan ignorada: de hecho supo a muy poco la merecidísima estatuilla a Patricia Arquette, y molestó especialmente que no premiaran la edición magistral del largometraje de Richard Linklater.
Asimismo nos resulta inadmisible que El Gran Hotel Budapest sólo se haya impuesto en las categorías con menos prensa, cuando también competía en los rubros más atractivos (por lo menos debería haberse llevado la estatuilla a mejor guión original). En honor a la verdad, despotricaríamos contra la sobrevaloración de Birdman si no fuera porque -perdón por la insistencia- nos evitó el mal mayor de asistir a otra forzada consagración de Eastwood.
La de Feast es otra distinción inaceptable para quienes consideramos sumamente convencionales tanto la estética como la historia del corto animado que acompañó la proyección comercial de la también galardonada Grandes Héroes. La gente de Walt Disney Animation Studios, chocha con esta premiación en tándem. Nosotros, no.
Para desilusión de algunos lectores, quien suscribe no cuestionará la distinción acordada a Ida, en detrimento de Relatos salvajes. A lo sumo, cabe preguntar porqué habrá ganado la película polaca y no Timbuktu o Leviathan.
Este post tardío termina con la recomendación de otro ejercicio que ayuda a lidiar con los resultados de una votación siempre discutible, y que resultan todavía más indigestos cuando asistimos a la transmisión en vivo de una ceremonia cada vez más decadente. La idea es emular la colección ‘Elige tu propia aventura’ y transcribir nuestra lista personal de premiados, eso sí, en las categorías donde podemos opinar con conocimiento de causa.
– Mejor película
El Gran Hotel Budapest
Boyhood
– Mejor película animada
The Boxtrolls
– Mejor director
Wes Anderson por El Gran Hotel Budapest
Richard Linklater por Boyhood
– Mejor guión original
El Gran Hotel Budapest
– Mejor actor protagónico
Benedict Cumberbatch por El código Enigma
– Mejor actriz protagónica
Marion Cotillard por Dos días, una noche
– Mejor actor secundario
Ethan Hawke por Boyhood
– Mejor actriz secundaria
Patricia Arquette por Boyhood
– Mejor diseño de producción
El Gran Hotel Budapest
– Mejor fotografía
El Gran Hotel Budapest
– Mejor edición
El Gran Hotel Budapest
– Diseño de vestuario
El Gran Hotel Budapest
– Mejor maquillaje y peluquería
El Gran Hotel Budapest