Revista Cultura y Ocio

Consummatum est. César Pérez Gellida

Por Mientrasleo @MientrasleoS

Consummatum est. César Pérez Gellida
     "Un lugar para cada verso y cada verso en su lugar.
     Prácticamente no queda espacio libre en los azulejos. Giro trescientos sesenta grados sobre mi propio eje para admirar mi imponente obra. Embargado por la emoción, empleo unos segundos en reponerme.
     Vuelvo a leer los títulos de mis poemas.
     No tardarán en localizarme, comienza la cuenta atrás.
     Una fotografía para cada poema y un poema en cada fotografía. Todas se suben correctamente al site y, en ese instante, noto que el círculo se ha cerrado.
     - Consummatum est- pronuncio en voz baja- . Consummatum est- repito absolutamente embargado por la emoción."
     Así comienza el desenlace de una de las trilogías que ha dado que hablar durante los últimos meses. Y lo primero que tengo que hacer es agradecer que no nos hayan tenido esperando durante meses sin fechas a las que agarrarnos. Hoy traigo a mi estantería virtual, Consummatum est.
     Conocemos a Ólafur Olafsson, comisario en Grindavick encargado de investigar el asesinato de una familia. La investigación le conducirá hasta Augusto Ledesma, asesino en serie, melómano y poeta de versos teñidos con la sangre de sus víctimas, que son usados como rúbrica en sus terribles asesinatos. Pronto se convertirá en un integrante de una unidad que, bajo el mando de Michelson e integrada por viejos conocidos del lector, intentarán dar caza a Ledesma.
      Estamos ante el desenlace de Versos, Canciones y Trocitos de carne. Versos, los compuestos para cada crimen; canciones, la música es una constante a lo largo de la trilogía, nos dice tanto o más de quien la escucha que las propias palabras de Gellida; trocitos de carne... otra constante en las víctimas importantes. Precisamente por ser el final, tendré especial cuidado en no desvelar absolutamente nada de la trama de la novela.
     La trilogía va claramente de menos a más, sin significar eso que la primera novela Memento mori, no merezca la pena ser leída. Pero lo que si se nota es un pulso más firme y como va prescindiendo de complementos que habían sido habituales. En este caso tanto la parte histórica, como la importancia de las ciudades, ceden terreno y son rápidamente sustituidos por la acción y los personajes. Porque esos son los dos grandes pilares de la novela; una parte cargada de acción que me quitó el sueño la primera noche mientras perseguía casi sin aliento a Ledesma de ciudad en ciudad, de país en país y otra más psicológica que se encargará de asfixiarnos buscando el final.
     No sé vosotros, pero cuando leo un libro, sobre todo en sagas, me gusta encontrar detalles significativos de cosas sucedidas en libros anteriores. No me refiero a los grandes sucesos que mueven la trama, sino a detalles que me permitan ir terminando de conocer y construir la historia. Y estaban, pequeñas marcas, a veces sutiles, que junto a los nuevos datos iban consiguiendo que los ya conocidos protagonistas de la historia ganaran totalmente al lector. Eso por no hablar de Olafsson que si ya me hizo sonreír en nuestro primer encuentro, acabó convirtiéndose en uno de mis favoritos y al que percibí en muchos sentidos casi como un homenaje (nota mental: preguntarle al autor).
     "Consummatum est" leemos en la primera página de esta historia empeñada en que aprendamos un poco de latín o de literatura. Y así es, la historia se cierra a la perfección encajando piezas de una forma honrada. Y no sé vosotros, pero yo agradezco que eso sea así. Muchas veces se tiende a buscar lo llamativo entre fuegos de artificio sacrificando de este modo la coherencia y dejando de este modo un regusto agridulce en el lector. Gellida en cambio ha optado por un final que creo dejará satisfechos a todos los lectores. Terminado el tercer libro de este autor, mi primer pensamiento fue...
Y no será el último.
     Y vosotros, ¿os animáis con historias de asesinos en serie entre vuestras lecturas?
     Gracias
     PD. Música para una trilogía, Depeche Mode

     Versos, canciones y trocitos de carne:
     1. Memento mori
     2. Dies irae
     3. Consummatum est

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