Hace unos días nos hacíamos eco de la advertencia realizada por la AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) sobre el consumo de especies grandes de peces, la agencia aconsejaba no comer atún ni pez espada durante el embarazo e indicaba que tampoco se les debía ofrecer estos alimentos a los niños menores de tres años de edad. La razón de ello es el contenido de metilmercurio en el organismo de estos peces, un neurotóxico que puede provocar graves alteraciones en el desarrollo neuronal de los fetos y de los niños de corta edad. Sin embargo, los expertos recomiendan el consumo de especies pequeñas pescado azul y blanco en el embarazo y la infancia por los beneficios que ofrecen, sus nutrientes son muy valiosos para el desarrollo infantil.
Como ya explicábamos, una especie de pescado grande está situada en la parte superior de la escala trófica, por lo que se convierte en un contenedor de metilmercurio con valores de hasta un miligramo por kilo, supera con creces lo recomendado por la FAO, 1.6 microgramos por kilo. En cambio, las especies más pequeñas no alcanzan este nivel, por lo que sí pueden formar parte de la dieta de una mujer embarazada y de los niños de hasta tres años de edad contribuyendo al desarrollo neuropsicológico y a la prevención de diversas enfermedades cardiovasculares. Así lo recomienda el proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente), red de investigación que ha decidido emitir un comunicado para tranquilidad de los padres y que incluyan en la alimentación infantil y durante el embarazo, el consumo de especies pequeñas de pescado azul y blanco.
Se insiste en evitar el consumo de especies grandes como el pez espada, el lucio, el atún rojo o el tiburón, esta recomendación se basa en los estudios realizados en 1883 recién nacidos de cuatro áreas españolas durante el periodo comprendido entre el año 2003 y el año 2007. Los análisis de la sangre del cordón umbilical mostraban que el nivel de metilmercurio, era muy superior al que recomendaban diversas agencias internacionales, recordemos que la Unión Europea marca el límite de ingesta del neurotóxico en 0.5 miligramos por kilo y hasta un miligramo en el caso de especies más grandes, baremo que contrasta con el baremo ofrecido por la FAO, tal disparidad debería solucionarse.
Según el estudio del INMA los mayores niveles de metilmercurio estaban presentes en el atún y el emperador, por ello el proyecto Infancia y Medio Ambiente se suma al consejo ofrecido por la AESAN recomendando evitar el consumo de las especies citadas, ya que el nivel del neurotóxico podría afectar a la formación cerebral de fetos y niños. Pero se hace hincapié en el consumo de especies pequeñas dado que aportan elementos nutricionales muy valiosos para el organismo, como por ejemplo los minerales esenciales, proteínas, ácidos grasos, elementos que mejoran el sistema inmunológico y el sistema circulatorio, etc., estos son algunos beneficios a citar, por eso no se debe dejar de comer pescado y no confundir los términos de la alerta de la AESAN.
Por otro lado, el INMA realiza un apunte, el consumo de atún enlatado es beneficioso, ya que los ejemplares utilizados son más jóvenes y su contenido en metilmercurio es mucho más reducido. Al respecto nos gustaría que se realizara un estudio que constatara que realmente se utilizan especies más pequeñas y sería interesante dar a conocer las marcas de atún enlatado y el nivel de metilmercurio que contienen, de hecho, para garantizar que el atún enlatado no es peligroso, debería añadirse en la normativa de seguridad alimentaria de la UE, la inclusión de un punto en el que se obligara a realizar los análisis oportunos e indicar en el etiquetado del producto el nivel de metilmercurio, recordemos que se trata de un tema serio de seguridad alimentaria que afecta a los más pequeños.
Así que ya lo sabéis, las especies pequeñas de pescado azul y blanco deben ser incluidas en la alimentación de embarazadas y niños de hasta tres años de edad.