¿Lo necesito de verdad? ¿Es amigable con el planeta? Estas son algunas inquietudes que el consumidor inteligente debería plantearse para mejorar su entorno y aportar al cuidado del planeta. Vivimos en sociedades de consumo en las que poco o nada nos detenemos a pensar acerca de cómo, por qué, para qué y qué compramos.
Sin embargo, los nuevos paradigmas hablan de consumo responsable, una práctica que cuestiona los modelos actuales de comercio para dar paso a costumbres más sanas con el planeta y con el desarrollo de la economía. María Claudia Mejía, ingeniera de producción con maestría en antropología y especialista en consumo responsable.
El consumo responsable es aquel que tiene en cuenta las consecuencias de una transacción para tomar la decisión de compra. Está formado por tres formas de consumo:
Consumo ético o crítico: Ocurre cuando un consumidor se pregunta si en realidad necesita un producto determinado. Si escoge entre dos o más opciones de acuerdo con el proceso de ese producto o si prescinde de él.
Consumo solidario o justo: Es el consumidor que prefiere los productos que favorecen la economía local y protege el bienestar de sus productores.
Consumo ecológico: Es el consumidor que prefiere procesos orgánicos, artesanales y sostenibles.
Por placc.org
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