Ahorrar energía es la consigna. Es importante elegir un equipo térmico de rendimiento superior, porque aunque la inversión inicial sea mayor, se amortizará fácilmente con el uso. La compra del equipo se debe enfocar como una inversión a medio o largo plazo. Pero no basta sólo con esto. Hay hábitos que debemos cambiar.
Aparatos climatizadores
Antes de pensar en comprar cualquier aparato de climatización, deberemos verificar la posibilidad del acondicionamiento natural de la vivienda. Proteger de la radiación solar directa con la utilización de toldos o parasoles; con la vegetación, que juega un papel importante por la evaporación de agua de las plantas que crea un ambiente más fresco, e incluso el uso de fuentes ornamentales (si es posible). Procurar que la vivienda tenga ventilación natural mediante tiros naturales o simples ventiladores. Si estos recursos no son suficientes por sí solos, al menos conseguiremos que el equipo a adquirir sea de capacidad inferior, y por ello más económico de compra y mantenimiento.
Hacer una limpieza general del equipo alargará su vida útil. Los filtros y rejillas se deben mantener limpios con una revisión cada 6 meses. Una revisión general con comprobación de carga de gases, circuito eléctrico y condensadores es necesaria como mínimo cada dos años. Comprobaremos que nos reduce el consumo casi a la mitad.
Una caldera de gas para calefacción es entre un 55 y un 80% más eficiente que cualquier sistema térmico eléctrico.
Si disponemos de calefacción por radiadores es conveniente una revisión de fugas en los conductos y una purga de aire una vez al año.
Los termostatos deben encontrarse lejos de fuentes de calor que distorsionen la temperatura real del recinto. La temperatura ideal en invierno es entre 19 y 21 grados y en verano de 21 y 25. Cada grado que aumentemos el termostato nos supondrá un gasto de un 7% adicional. No nos obsesionemos con generar siempre calor o frío. En ocasiones poner el sistema en modo ventilación nos será suficiente y el consumo será muy inferior.
Las Bombas de calor son equipos reversibles. Nos ofrecen frío en verano y calor en invierno. Los de última generación son bastante eficientes con rendimientos estacionales superiores al 400%, e incluso existen con decoración integrable. Las Bombas de calor suponen un ahorro energético del 50% frente a cualquier otro sistema eléctrico de calefacción.
Un sistema desgraciadamente no muy común es el suelo radiante, que es eficiente y da mayor sensación de confort. Consiste en la colocación de tuberías bajo el pavimento, por las que circula agua fría o caliente. Al eliminarse la necesidad de los desplazamientos forzados de aire, la sensación de frío o calor es más agradable. Y más natural, pues basta con acondicionar el tercio inferior del volumen habitable. Los pies son el termostato del organismo.
La importancia de los aislamientos térmicos
Teniendo en cuenta que el confort en casa depende de una climatización agradable, procuraremos que no existan fugas del aire tratado. El ahorro no solo vendrá con la regulación del termostato y la elección de un buen equipo térmico, porque una mejora de aislamiento nos puede ahorrar un 50% de la energía consumida.
Si la climatización es por conductos es necesario que estén debidamente aislados y sellados, así como tapar o sellar cualquier orificio por donde se pierda el aire climatizado.
Las ventanas son la mayor fuente de pérdida de energía de cualquier estancia. Las ventanas con cristales eficientes y marcos con rotura de puente térmico pueden reducir más de un 30% el consumo energético. Deberemos sellar su contorno al menos una vez cada cinco años.
Es importante para la higiene la renovación del aire interior de una vivienda. Aprovecharemos la hora del día en que la temperatura exterior tenga la menor diferencia con la interior.
En los cerramientos también podemos intervenir. Si nuestras paredes al exterior son de sección escasa podemos ponernos de acuerdo con el resto de propietarios y doblarlas por el exterior con un aislamiento adecuado, y a la vez haremos desaparecer los puentes térmicos de la envolvente. Es la solución más barata, no produce pérdidas de espacio útil interior y es más cómoda, porque las obras están fuera de casa.
El consumo eléctrico fantasma
¿Cuánta energía consume nuestra casa mientras estamos fuera?. Sobre el 11% si no estamos atentos. Como veíamos en el artículo anterior, el televisor en modo stand by es el 70% del consumo total del aparato. Lo evitaremos apagándolo con el interruptor general.
Hay muchos más casos: apagando los aparatos cuando no los usamos, nos ahorraríamos el 70% del consumo de una minicadena HIFI, el 10% del de una impresora, el 50% del de un cepillo eléctrico y así con todos los electrodomésticos del hogar que tengan esta función de “en espera”. La mejor solución es desconectar de la red todos los aparatos. Para ello es eficaz muy cómodo colocar en el cable un interruptor adicional.
La energía eléctrica es la más cara y la que produce más emisiones de CO2. Para el medio ambiente es más nociva que el gas o incluso que el petróleo. Lo idóneo sería la utilización de energías renovables que para las viviendas serian la energía solar térmica (para calefacción y agua caliente sanitaria) la fotovoltaica (generación de electricidad) o la geotérmica (para calefacción y refrigeración).
En cualquier caso, si nuestro certificado energético nos califica la vivienda con una E, con los hábitos correctos de uso de los aparatos podríamos reducir el consumo casi en lo que correspondería a una letra. Lo podríamos llamar “una D peleada”.
Por cierto, esperamos que os haya gustado el equipo térmico económico y portátil de la imagen.