No voy a acusar ni a defender a Alberto Contador ni a Ezequiel Mosquera en estas líneas. La historia nos ha demostrado que, de primeras, todos son inocentes y nadie ha tomado nada, pero luego llegan las sanciones, los lamentos, los perdones… No quiero decir que éste sea el caso, pero hay un hedor extraño alrededor de estos supuestos casos de dopaje.
Me gustaría hablar del responsable de comunicación de Contador, el periodista Jacinto Vidarte. La verdad que creo que el ciclista de Pinto está muy bien asesorado y ha acertado con la contratación de su persona de confianza para llevar su comunicación.
Jacinto Vidarte es ese hombre capaz de negarte una entrevista una y mil veces, darte esperanzas para después dejarte colgado, darte largas, no cogerte el teléfono a la hora convenida, y acabar diciéndote un rotundo “no”, una negativa que no me afecta a mí directamente, los perjudicados son los miles de aficionados que quieren escuchar a su ídolo el día que gana una carrera y no sólo los días malos. Los periodistas deben ser meros transmisores entre los protagonistas y la audiencia.
A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. De la misma manera que Vidarte se equivoca con algunas decisiones, incluso reincide en ellas, hay que reconocer que sabe como nadie llevar los asuntos de Contador.
Podemos recordar cómo reaccionó a la polémica con Andy Schleck el día de su caída, grabando un video en la habitación del hotel la misma noche y subiéndolo a youtube. Chapeau! No quiero remontarme más, pero hoy ha vuelto a dar una lección de comunicación.
Las palabras de Alberto estás preparadas, ensayadas y medidas. Un guión perfectamente establecido, con unas pautas concretas para hacer creíble el mensaje. Puede que sea inocente, ojalá, pero de lo que se trataba hoy no era de demostrar si se ha dopado o no, sino de dar la sensación de tranquilidad, demostrar confianza y convicción para que los aficionados crean la versión del ciclista de Pinto.
De nuevo ha estado perfecto. Y comenzó su arduo trabajo ayer por la noche haciendo llegar a última hora el comunicado de prensa anunciando el bombazo. Una hora, pasadas la una de la madrugada, en la que las radios podían leer el comunicado y poco más, lo periódicos sacar un breve y tener prácticamente nulo poder de reacción. Lo mismo que las televisiones. De esta manera ha conseguido que, unos pocos se enteraran ayer por la noche, algunos más desayunaran la noticia, pero todos han almorzado ya con la imagen y las palabras de Alberto Contador haciendo ver que es inocente.
La sombra del dopaje, quiera o no, ya va a estar ligada al corredor español, de la misma manera que soportan el lastre otros ciclistas como Vinokourov o Amstrong. Espero que la UCI actúe con celeridad y que la prensa francesa no haga sangre hasta conocer las decisiones pertinentes que tomen las instituciones deportivas internacionales.
Por cierto, quien debe estar respirando es Eusebio Unzué. Reconoció que estuvo a días de cerrar el fichaje del de Pinto para el Team Movistar y, quiera que no ahora para el Saxo Bank de Riis, Alberto, en estos momentos, es una patata caliente. Puede que se enfríe, o puede que se siga calentando. Alejandro Valverde es suficiente piedra en el bolsillo de Eusebio Unzué como para haber llenado ahora el petate con el nuevo caso Contador.
Y que nadie se sorprenda si hoy escuchamos a Contador en todas las radios proclamando su inocencia en los programas nocturnos o si mañana leemos una profunda entrevista en Marca. Maniobras comunicativas, podemos llamarlo. Plan de medios. Ni más, ni menos.
Lo de Mosquera sí que suena a sanción y suspensión pura y dura. Aunque queda la opción del contraanálisis, que muchas veces no hace más que confirmar lo esperado. En cualquier caso, también seremos prudentes y esperaremos la resolución de la UCI.
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Etiquetas: Contador, dopaje, Tour de Francia