Revista Espiritualidad
Potenciar en nuestra vida la presencia de personas positivas que sepan construir felicidad y entornos positivos y saludables, además de esta manera podríamos implementar contagios positivos.
RECUERDA LA FELICIDAD SOLO ES REAL SI ES COMPARTIDA.
¿Qué curiosa es la manera en que nuestro cerebro responde a la realidad? Esta máquina que entendemos casi perfecta tiene una capacidad única e inigualable para salvarnos la vida, es decir para garantizar nuestra supervivencia. Pese a quien le pese, esa maquinaria biológica quiere ir a por tu seguridad aunque para ello deba de hipotecar esa felicidad. Dos objetivos enfrentados aunque si los consigues unificar te harán la persona más dichosa del mundo.
La felicidad y el bienestar nos obligan a estar en constante crecimiento personal que se construye a lo largo de nuestra experiencia vital, sí, me refiero a cada momento vivenciado, nuestra historia vital nos define y nos hace que respondamos a los acontecimientos vitales de distintas formas. Aquí es donde entra nuestra voluntad, nuestra manera de afrontar la realidad, para ello debes de entender que el cambio es inherente a todo persona, y que tu lo propicias y lo gestionas.
Uno de los mecanismos que responde de manera inequívoca a potenciar nuestra realidad, a la construcción de nuestra vida, debido a que responde a esa necesidad personal de crecer con los otros, para ello debemos de adecuar nuestras maneras de adecuarnos a los demás. Por esa razón sufrimos el contagio de estados de ánimo, es decir, a veces la empatía fuente de adecuación emocional ante situaciones complejas, esa manera de calarte los zapatos del otro.
Hablando de contagios, me gustaría contarles que nos plantea que las personas solitarias con las que convivimos pueden contagiarnos su estado de ánimo, y esa forma de interpretar la realidad que hace que incorporemos a nuestra vida esa sensación de soledad, de sentirte en soledad.
Es curioso observar como nuestro sistema nervioso reacciona ante una vivencia determinada activando una serie de creencias, pensamientos y emociones. Lo que suele suceder en el contagio es que mientras observamos a una persona que vive su vida sintiéndose en soledad, no solo percibimos lo que le sucede, es decir poniendo atención a su forma de actuar y en sus expresiones emocionales, sino que además se activan sistemas cerebrales relacionados con la ejecución de dichas respuestas, por esa razón sufrimos esos contagios de soledad.
Efectivamente, como comentábamos más arriba, nuestro cerebro tiende a dar una respuesta que garantice su supervivencia, y sobretodo que no contemple el cambio, el que vive como un problema ya que implica no controlar una situación. Es cierto, que la sensación de control no pasa por ser más que eso, una sensación de seguridad.
Este proceso de crecimiento y construcción pasa por potenciar entornos positivos, ese concepto del que hablan los daneses y que denominan el estilo de vida Hygge, que hace que las personas positivas se rodean de personas que potencian su positividad y construyan entornos positivos. Es importante por tanto potenciar en nuestra vida la presencia de personas positivas que sepan construir felicidad y entornos positivos y saludables, además de esta manera podríamos implementar contagios positivos.
BY JOSE RIVERO
@jriveroperez