Revista Maternidad

Contracciones uterinas de falso parto

Por Pequelia @pequelia

Parto

Uno de los temas que quedaron pendientes en el post Contracciones del parto, reconócelas, son las contracciones uterinas de falso parto, éstas provocan dudas especialmente durante las últimas semanas del embarazo, ya que hacen creer que el trabajo de parto se ha iniciado. Recordemos que en los días previos al parto natural aparecen contracciones que se encargan de ablandar y acortar el cuello uterino a fin de que pueda dilatarse, son contracciones difíciles de detectar, especialmente si se es madre primeriza.

Las contracciones uterinas de falso parto suelen ser breves e irregulares, no siguen una pauta establecida ya sea en duración o intervalos de tiempo, tampoco se producen cambios cervicales como en las contracciones descritas, el resultado deriva en falsas alarmas que algunas madres interpretan como el inicio del parto. Basta con saber que si no aumentan de intensidad y frecuencia no hay que tenerlas en cuenta, aunque sí advierten que pronto se iniciará el verdadero trabajo de parto con las contracciones de Braxton Hicks.
Estas contracciones abarcan toda la zona del útero iniciándose desde la parte superior de este y extendiéndose por toda la zona hacia la parte inferior del útero. Hay que decir que no son dolorosas y sus signos característicos son el endurecimiento del abdomen y un incremento de la tensión abdominal. Este tipo de contracciones pueden aparecer a partir de la 26ª semana del embarazo y a medida que avanza la gestación se hacen más evidentes, se consideran un trabajo de campo o entrenamiento para cuando se inicie el verdadero trabajo de parto.

Reconocer las contracciones reales resulta sencillo, presentan pautas de tiempo y duración a diferencia de las contracciones uterinas de falso parto. A esto hay que añadir los dolores que muchas futuras mamás sufren con ellas, algo que no se produce con las falsas, como hemos dicho son molestas, pero como no se producen cambios cervicales, no son dolorosas.

Las señales que nos indican que se aproxima el trabajo de parto son, la sensación de que el bebé a descendido de su ubicación, el incremento de la secreción vaginal con una tonalidad rosácea, la secreción de líquido acuoso (líquido amniótico) por la vagina (fisura o rotura de la bolsa amniótica) y por supuesto las contracciones de parto con una duración e intensidad regular y creciente, acompañada de dolores.

Las diferencias entre un falso parto y un verdadero parto son en el primer caso, el tipo de contracciones indoloras que hemos descrito, leves e intensas pero sin dolor, su desaparición cuando se descansa, camina o se cambia de posición y que sólo se sienten al frente. En un trabajo de parto verdadero, las contracciones se producen en intervalos regulares de entre 30 y 70 segundos y poco a poco aumentan su frecuencia, estas no desaparecen aunque se cambie de posición, se descanse o camine, finalmente, otro signo característico es que empiezan en la espalda y terminan en el frente, esto es debido a la posición del útero y donde se inicia el proceso.

Como decíamos, las contracciones uterinas de falso parto son un entrenamiento para el útero y el preludio del verdadero trabajo de parto.

Foto | Mr Toaster

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