Revista Infancia

Convirtiendo monstruos en amigos

Por Sleticias
Imagen Hoy es una de esas mañanas resacosas de padres tras una noche intensa de continuos despertares. Los monstruos han hecho su aparición en los tranquilos sueños de mi hijo impidiéndole dormir a él y por extensión a toda la familia.
Al despertar, ya más calmado le he preguntado qué era lo que tanto miedo le daba la noche anterior que le impedía dormir, el muy seriamente me ha respondido "unos robots muy, muy malos". Al tratarse de una pesadilla podía recordar perfectamente el contenido del sueño, lo que no ocurriría en el caso de los terrores nocturnos.
En torno a los tres o cuatro años los miedos infantiles son producto de su prolífera imaginación, quizás algún juego compartido con sus amigos, algo en televisión… le diera una percepción negativa de los robots que le ha generado tanto miedo. Sea como fuere, la conversación que hemos tenido ha sido así:
  • Vaya cariño, pero los robots no son malos, ¿sabes? A mí me encantaría tener un robot que limpiara la casa, molaría un montón ¿a que si?, ¿y a ti Tata?.
  • A mí me gustaría tener un robot que me hiciera los deberes.
  • ¡Alaaa! como mola ese, ¿y a ti peque?.
  • Uhm…Un robot que jugase, hablase y cantase canciones.
  • ¡Qué chulo! Yo también quiero uno así. Se me ocurre una idea, ¿por qué no construís un robot con las piezas de madera, tornillos y tuercas que tenéis?
  • ¡Vale!.
Imagen El resultado ha sido un pequeño robot que mi niño ha llevado la mar de contento al colegio para enseñárselo a su profesora, eso y que al final hemos llegado un poco tarde.
 
Cuando un adulto o un niño más mayor tiene miedos, fobias… una de las estrategias utilizadas por la psicología es la Reestructuración Cognitiva destinada a modificar el modo de interpretar y valorar subjetivamente el objeto causante del miedo irracional del sujeto, mediante el cuestionamiento verbal de sus ideas preconcebidas, la modelación y la práctica de hábitos cognitivos nuevos.
 
Pero cuando tratamos con niños tan pequeños, aunque sigue siendo útil intentar que comprendan que esos miedos son infundados, no basta con decirles “tranquilo, no pasa nada, eso no hace daño”, necesitan una aproximación más tangible. En este caso, yo he intentado que su percepción negativa se transforme en una experiencia positiva.
 
También es muy útil recurrir a la literatura infantil que aborda estos temores logrando convertir a  terribles monstruos en simpáticos amigos.
 
¡Ojo! no se os vaya de las manos, mi marido animado por la idea nos ha propuesto comprar una tarántula como mascota para ayudar a mi hija a superar su miedo a las arañas.


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