Convocar elecciones y abrir período constituyente

Parece que la situación ya es insostenible. ¿A ti no?
La Crisis económica ha hecho que también lo sea política, institucional, ética… Todo el Estado está removido. Los enanos salen por todas partes. Lo de siempre: En casa del pobre todo son gritos.
La parte económica de la Gran Crisis se ha resuelto a base de hipotecar el país para salvar la banca. Para poder pagar la deuda (y sus intereses) nos han tenido que recortar hasta la alegría para un buen puñado de años. Para postre nos enteramos del saqueo ilegal de las arcas públicas (corrupción galopante) mientras sufríamos con la Crisis e incluso de antes. No hay alegría por las calles. La gente que tiene que pagar impuestos… imagínate con qué cara lo está haciendo. Un buen montón de familias están reventando. Las personas no creen en las instituciones y aún no se atreven a la desobediencia civil. Si cumplen, en aquella parte que no pueden evitar, lo hacen obligados por la implacable Ley (miedo); todo lo contrario que los poderosos que han llegado a incumplirla incluso burdamente. Saben que son “la clase superior” y que de una u otra forma “están protegidos”.

Cuando la corrupción apunta a lo más alto (la financiación ilegal de los partidos políticos), y a la cúpula de sus dirigentes incluido el mismo presidente del gobierno… Esto nos dice que la sociedad está enferma de muerte. Si muere intestada esto revienta. Si se le consulta a un notario te dirá que debe hacer testamento lo más pronto posible antes de que los herederos se líen a golpes entre ellos y algunos salgan ganando de ese río revuelto. ¡Tiene que hacerse, ya!

No es posible cerrar en falso esta puerta como ya se hizo con la de Filesa y Naseiro. Esta crisis interna está de pleno dentro de otra mundial, y como ha quedado demostrado no ha sido debido sólo a que “vivíamos por encima de nuestras posibilidades”, como nos decían mensajeando desde sus medios. Es evidente que las raíces son mucho más profundas. El Sistema español ha estado construido sobre pies de barro (el post franquismo). Se inventaron “la Transición” para perpetuar unos estatus, pero eso no podía hacerse indefinidamente. La Gran Crisis ha acelerado la vía hacia una democracia de un nivel superior.

Seguro que nos quedan un montón de cosas más por decir, pero los artículos tienen un límite. Si hay alguien ahí arriba que esté viendo todo esto (espero que no sea dios), que consulte a un notario y verá como les dice a los herederos del franquismo que se van a morir, que no hay más remedio que hacer testamento antes de que se mueran sin haberlo hecho.

El actual presidente del gobierno español debe convocar inmediatamente elecciones. La Justicia tiene que caminar sin malas compañías. Los partidos políticos deben hacer limpieza. La gente joven sin tacha debe subir a lo más alto. Tienen que aprender bien la lección. Y después las nuevas Cortes tienen que abrir un nuevo período constituyente. Hay que hacer una nueva Constitución, si no “radicalmente distinta” (para no asustar a nadie), sí muy distinta. Ahora, “en frío”, antes de que se caliente más la cosa, es el momento.

Mientras eso llega, iremos pensando qué clase de Constitución queremos; qué aspectos habría que incluir en ella y cuales se deberían tocar para mejora. Vamos a pensar, pero vamos a pensar todos; si no vamos un poco por delante (si no nos planteamos cosas) no podremos tener espíritu crítico, y eso es fundamental para un ciudadano consciente. La Constitución actual ya tiene 35 años; una Constitución no debería durar tanto. Las cosas cambian mucho de una generación a otra. Cada 20 o 25 años sería un buen período para madurarla y hacer una nueva. Los pequeños parches pueden servir, pero si tienen que ser grandes debería empezarse de nuevo. De este modo los cambios no parecerían tan espectaculares. A los únicos que les interesa la estabilidad que da una Constitución “eterna” son a los que están bien instalados en esa sociedad. Eso no es así, no debería serlo, al menos. Deberíamos tomar conciencia de que no tendríamos que consentirlo. Habría que hacer valer la fuerza y el poder de nuestro voto. Estamos estancados y deberíamos avanzar. Vamos cara otros tiempos.

A ver si a no tardar mucho, hacemos un esquema de cómo debería ser la Nueva Constitución.

Caña a la sinvergüencería instalada en el Sistema.
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