Copa Sudamericana: Tigre, a semis y a la Libertadores

A contramano de la historia pero coherente con el presente, el único representante argentino en las semifinales de la Copa Sudamericana no será el experimentado Rey de Copas, sino que será el humilde Tigre, que por primera vez en su historia se acerca a la posibilidad de ser campeón.

Con rivales y realidades diferentes, los de Victoria tuvieron mejor suerte que Independiente, que en medio de las preocupaciones tuvo que resignar la copa que tanto le gusta. Sin mística y sin experiencia, pero con un plantel que quedará marcado a fuego en la historia del club, los dirigidos por Néstor Gorosito se sacaron de encima a un rival más que complicado como Cerro Porteño, que tenía serias intenciones de campeonar.

El duro empate en la ida y la posterior derrota ante Lanús en el Torneo Inicial obligaron a Independiente a establecer prioridades y fueron los suplentes quienes tuvieron que hacerse cargo de la complicada revancha en el San Carlos de Apoquindo. A pesar de esto, y de un polémico arbitraje que generó dos penales a favor de la Universidad Católica, el equipo muleto del Tolo Gallego se las arregló para hacerse grande en rodeo ajeno, dominó el partido casi en su totalidad y mereció algo mucho mejor que el 2-1 en contra final.

Tigre, si bien sigue sin conocer la victoria en el fútbol local, aún disfruta la enorme campaña que hizo bajo la conducción técnica de Rodolfo Arruabarrena, que lo mantiene algo alejado de la lucha por los promedios. Así, con todos los cañoñes apuntando a hacer historia en el plano internacional, pasó por encima a Cerro Porteño, que por más que apretó sobre el final, nunca supo cómo controlar a la gran figura argentina, Rubén Botta.

Como si este gran logro fuese poco, el Matador también se aseguró la clasificación a la Copa Libertadores 2013 por ser el mejor argentino en la Sudamericana. Ahora espera por el resultado de Gremio-Millonarios, ya que si ganan los brasileros, se enfrentará a la Universidad Católica y podrá evitar al San Pablo, el cuco de la competición, ya que los equipos del mismo país deben eliminarse antes de la final.