Chocolate, ¿qué haría yo sin ti? Soy débil como un corderito, solo oír tu nombre y allá me voy... Siempre me costó resistirme al chocolate, pero últimamente ya ni lo compro porque no me dura un suspiro. Incluso el negro, que no es que me guste demasiado para comer solo, desaparece onza a onza.
Normalmente siempre tengo (tenía) alguna tableta en casa para hacer algún dulce cuando surgiera, pero ahora tengo que pensar antes lo que voy a hacer y esconder el chocolate hasta que me ponga manos a la obra. Así fue con estas copas, aunque del que me sobró te aseguro que ya no queda ni una miguita.
Cuando ojeo un libro de repostería, lo que lleva chocolate es lo que más me tienta y lo primero que suelo hacer. En este caso, fue la tarta de tres chocolates del precioso libro de Kanela y limón la que me hizo caer en la tentación y disfrutar de ella versionada en estas deliciosas y sencillas copas.
Hace ya casi dos meses que las hice, pero para no atacarlas todas congelé las que sobraron (aunque si me pongo no sobra ni una, jejeje) y este fin de semana las disfrutamos como si fueran recién hechas. Qué ricas estaban!!!
INGREDIENTES:
Para la capa de chocolate negro:
- 1 hoja de gelatina
- 150 ml. de nata para montar
- 100 gr. de chocolate negro
- 1 cucharada de azúcar glas
- 1 hoja de gelatina
- 150 ml. de nata para montar
- 100 gr. de chocolate con leche
- 1 hoja de gelatina
- 150 ml. de nata para montar
- 100 gr. de chocolate blanco
- Chocolate rallado, virutas de chocolate, cacao en polvo
PREPARACIÓN:
La preparación es la misma para cada capa. Comenzamos hidratando la hoja de gelatina en agua fría 5 minutos.
Derretimos el chocolate negro con 75 ml. de nata, bien en el micro o al baño maría. Añadimos la gelatina ya hidratada y escurrida y mezclamos hasta disolver. Dejamos que pierda calor.
Mientras montamos los 75 ml. restantes de nata con una cucharada de azúcar glas. Mezclamos con el chocolate con movimientos envolventes hasta que esté homogéneo.
Vertemos en las copas para formar la primera capa y llevamos a la nevera.
Repetimos con los chocolates restantes, omitiendo el azúcar glas. Cada capa deberá estar bien cuajada antes de poner la siguiente.
Reservamos en frío, mejor de un día para otro. En el momento de servir rallamos un poco de chocolate por encima para decorar.
Con esta entrada tan chocolatosa me despido hasta septiembre. Mientras, nos vemos por Instagram.
Disfrutad un montón del verano, con vacaciones o sin ellas!!! Hasta la vuelta!!!