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Especial. Cobertura BAFICI 2011
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Como con Diez, Kiarostami vuelve a probar su talento para filmar historias íntimas con un limitado despliegue de cámaras (recordemos que aquella película se desarrolla en el interior de un auto). Aunque rodada en la “bella Italia”, los exteriores son escasos en Copia conforme: un vehículo, un museo, un restaurant, la habitación de un hotel son el marco de las distintas fotos -por no decir radiografías- que el director les saca a sus dos personajes.
Binoche y Shimell revelan todo su potencial frente a primeros planos casi impertinentes. La actriz francesa parece poderlo todo: dominar tres idiomas, hace reír, emocionar, seducir. Su colega británico también despliega charme y ductilidad. Por otra parte, las intervenciones secundarias aportan el toque justo de humor (el público sucumbió al diálogo entre madre e hijo, a las reflexiones en voz alta de la dueña de un café y a los consejos de pareja que imparte un consternado turista francés).
En un film que además reflexiona sobre el arte, sobre los conceptos “copia” y “único” o “falso” y “original”, Kiarostami nos regala fotos que parecen cuadros pictóricos como el plano de James a la espera de la protagonista, que está fuera de cuadro pero a la que vemos por el espejo retrovisor de la moto que segundos antes el hombre se ha detenido a (ad)mirar.
En pocas palabras, Copia conforme es una obra exquisita con el inconfundible sello Kiarostami (en versión europea). Quienes no pudieron verla en el BAFICI seguro tendrán la oportunidad de hacerlo cuando desembarque en el circuito comercial (todavía no hay información sobre su fecha de estreno).