Revista Cultura y Ocio

Coplas del domingo. La Fornarina y yo

Por Historia Urbana De Madrid Eduardo Valero García @edjaval
Una copla dominguera de don Antonio Casero en jueves. Fue publicada el domingo 28 de enero de 1912 en el Heraldo de Madrid y tiene por protagonistas a la cupletista Consuelo Bello, la "Fornarina", y al propio don Antonio, en amable diálogo sobre los Madriles de aquellos tiempos.
La Fornarina, que tantos éxitos había cosechado en París, Londres y Berlín, llegaba un día de enero a la estación del Norte para actuar en el Teatro Eslava; se trataba de una función a beneficio de la Asociación de la Prensa. El atractivo y gracia de la bella artista iluminaron la velada, y al cantar una selección de sus variados cuplés, acompañada al piano por el maestro Quinito Valverde, dejó al público extasiado, que era lo habitual.
En aquella función del Eslava se volvió a representar la opereta en tres actos de José Juan Cadenas y Leo Fall "La mujer divorciada" [ver libreto], que había sido estrenada en ese teatro la noche del 21 de diciembre de 1911. En el programa figuraba también la proyección de dos películas, una del Trianón-Palace y otra de la Casa Pathé, pero ante el peligro que representaba para el público la colocación del aparato cinematográfico en la sala, se acordó suprimir la proyección.

Coplas del domingo. La Fornarina y yo

Consuelo Bello "Fornarina"
Fotografía de Calvache para una publicidad de Perfumerías Gal
Noviembre de 1911


¡Ay, bella Fornarina! Cientos de fotografías podemos encontrar en publicaciones y álbumes de renombrados fotógrafos de la época para poner cara a la famosa cupletista. También podemos ponerle voz gracias a los archivos de nuestra Biblioteca Nacional:
Coplas del domingo. La Fornarina y yo
LA POLICHINETTE: Couplel, 1913? Escuchar
DON NICANOR: Cuplés españoles de Cadenas, 1913? Escuchar
LA CANCIÓN DEL RHIN: Couplet, 1917? Escuchar
EL BOULEVARD: Couplet, 1917? Escuchar
EL PRIMER AMOR: Coplets, 1917? Escuchar
CUANDO VOYA PROVINCIAS: Couplet, 1922? Escuchar
En "La Fornarina y yo", que así se titula la copla de hoy, Casero habla del Madrid que "poco a poco va muriendo". Reparte el diálogo entre él y la cupletista, enumerando lo que para ellos era esencialmente madrileño y se estaba perdiendo o ya había desaparecido.
¿Cuánto tiempo llevamos los madrileños notando que Madrid ya no es lo que era? ¡Mucho!, y así seguiremos. Porque, si cantidad de costumbres han desaparecido, también van desapareciendo grandes y pequeños espacios que formaron parte de nuestra historia urbana.
Madrid, cuando nos toque, ¿qué veremos de ti desde un agujerito en el cielo?
 
Coplas del domingo, por Antonio Casero
LA FORNARINA Y YOSucedía que cierta nochetuvimos un devaneopor mor de un arroz con pollos,muy riquísimo por cierto,y como somos un tantoamables, finos y espléndidospara con las lindas damas,invitamos á Consuelola Fornarina, que es chicade reconocidos méritos,y al de Valverde, á Quinito,al músico madrileñoque ha extendido pour la franceel saborcillo flamencode esa música castizaque la canturrea el pueblo;hubo palabras galantes,y hubo mil rasgos de ingenioy muy graciosos decires,y muy castizos recuerdosde este castillo famosoque al rey moro alivia el miedo.………………………………….—Dime, dime, Fornarina—la pregunté yo á Consuelo—:¿cómo encuentras los Madriles,tus Madriles y los nuestros?¿Cómo, dí tú, Fornarina,encuentras á nuestro pueblo? —Y guiñando sus ojillosladrones y zalameros,contestó la cupletista,soltando un suspiro á tiempo:—¡Ay, Madriles de mi alma!¿Dices cómo los encuentro?Pues óyeme, ya que quieressaber mi opinión, coplero:su silueta desde el rápidovi cuando llegué á Pozuelo;brillaban los farolilloscomo brillan los luceros;el tren corría, y Madridse agrandaba por momentos.Al cruzar el Manzanaressolté un ¡ole! á lo pequeñoy miré con alegríalos típicos merenderosdonde bailé muchas nochesde verbena, al ritmo netode una habanera melosaó de un chotis muy chulescose me saltaron las lágrimasy se me ensanchó mi pechoal llegar á los andenesde la estación de mi pueblo.Después, no sé qué decirte;después, chiquillo, lo eterno:las costumbres, averiadas;las modas, del Extranjero;las mujeres, como aquellasque en los boulevares veo,tan relamidas, tan cursisy tan sin gracia en sus cuerpos;no es mi Madrid este de ahora,no son mis Madriles estos.¿Dónde están aquellas hembrasde andar menudito y recio?...¿Dónde aquellos pañolonesalfombrados y de flecos?...¿Dónde las faldas planchadasy las enaguas pidiendoescolta, por lo relimpias;que eran los bajos aquellosla nieve del Guadarramade puro blancos y frescos?¿Dónde están esas mantillasde aquel carácter goyesco,las de blonda y de madroñoscon picos de terciopelo,las peinas y los claveles?...¿Dónde está lo madrileño?...¿Dónde están esos deciresde los chulos postineros,con esa gracia por fueray ese alioli por dentro,para camelar mocitasy robarlas el izquierdo?...¿Dónde están esos barbianes?¿Dónde están esos flamencosque, de Chamberí á la Cavay del Rastro á San Lorenzoiban sembrando quereresen las mocitas de mérito?...—No te canses, Fornarina;no te molestes, Consuelo;el Madrid que tú dejastepoco á poco va muriendo;sólo le queda su nota,y esa no la borra el tiempo;Madrid siempre será alegrey noble y populachero;siempre le hallarás castizo.—Vamos, no te ocupes de eso;como que, chico, es mi gentees mi público, Casero,no sé que tienen sus palmasque me suenan á oro viejo.—No son palmas, son caricias.—Choca, Antonio; eso es lo cierto—Es mucha gente mi gente.—Y es mucho pueblo mi pueblo;ya sabes lo que decimospor acá: “¡De Madrí al cielo!”—Y ya sabes lo otro: “Y un agujerito pa verlo.”
ANTONIO CASERO
En ocasiones, las coplas de Antonio Casero recibían alguna crítica irónica por parte de sus rivales de las letras y la política. Para "La Fornarina y yo" tuvo unas palabras Rogelio Pérez Olivares en su columna "De casa y de fuera - Hablando un rato" de la revista Mundo Gráfico (AÑO II - Núm. 15. Madrid, 7 de febrero de 1912).
"Antonio Casero, el romancero de cosas madrileñas, nos ha contado en el Heraldo que ha comido con la Fornarina un arroz con pollo, que estaba muy rico; de lo que nos alegramos mucho. ¡Ya era cosa sabida que aquí en Madrid para comer arroz con pollo había que ser, por lo menos, casero! Los inquilinos tenemos que contentarnos con comer el arroz... con arroz.Pues bien; mientras hace la digestión nos cuenta en romance que aquí había hembras que se ponían faldas planchás y pañolones de alfombra, y chulos postineros que tenían por dentro—¡él lo sabrá!—un alioli con oli que quitaban el sentio á las chicas... y, muchas cosas más, para llegar á la consecuencia de que el Madrid de antaño «poco á poco va muriendo» ¡Ah!...De la su capa bordadano nos vuelve á decir nada."

Para Historia Urbana de Madrid publicar las coplas de Antonio Casero es devolver al madrileño de hoy parte de su idiosincrasia a través de graciosos textos que encierran entrañables historias. Quizá esta copla recuerde los tipos madrileños que identificamos en sainetes y zarzuelas, al igual que algunas costumbres, pero con un carácter melancólico más que jocoso.
© 2015 Eduardo Valero García - HUM 015-005 COPLAS AC

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