Hace unos tres años WordPress me comunicaba que había empezado a seguir mi blog una tal Chica de los jueves. En aquella época, cuando ‘la recacha’ había cumplido su primer añito, todavía sentía un cosquilleo en el estómago cada vez que alguien decidía sumarse a esta familia virtual. La verdad es que dedicaba un buen rato cada día a bucear por la blogosfera y, obviamente, lo primero que hacía cuando WordPress me notificaba un nuevo seguidor era devolver la visita.
Aún lo hago, no de forma tan inmediata y sin tanto entusiasmo, pues digamos que la blogosfera ahora es menos familia virtual; ha perdido parte del componente emocional para quedarse más en lo pragmático. Ya no le puedo dedicar tanto tiempo y tengo que discriminar. Vamos, que difícilmente voy a poder corresponder el seguimiento a los nuevos seguidores.
El caso es que al aterrizar en ‘La chica de los jueves’ y empezar a leer me di cuenta de que aquel era un blog especial. Si no recuerdo mal (han pasado tres años y mi memoria cuarentona empieza a flaquear), por aquel entonces Mamen (la chica de los jueves) estaba enfrascada en las crónicas del despropósito de viaje que, junto a una amiga, había hecho por el centro de Europa. Me reí mucho, pero lo más importante es que su estilo, fresco y directo, me atrapó.
Leí otros muchos posts y desde entonces no me pierdo cada nueva entrada. Bueno, he de reconocer que desde hace un tiempo llevo un retraso importante, pero de vez en cuando le hago hueco en “mi agenda” para ir poniéndome al día.
La verdad es que lo que Mamen cuenta en su blog poco tiene que ver con aquellas locuras viajeras que me engancharon. Por aquel entonces era un espacio modesto, como el mío, como tantos otros, para el que cada nuevo visitante, cada comentario, eran motivo de celebración.
Esto no se sabe cómo va, pero el caso es que su forma de escribir sobre los sentimientos, sobre la vida cotidiana, sobre los sueños e inquietudes de una chica normal, ese estilo tan personal, que parece saber expresar lo que tantísimas personas como ella sienten y probablemente no tienen la capacidad de reflejar por escrito, fue como un efecto llamada. El boca oreja, los artículos compartidos y los ‘me gusta’ en Facebook hicieron crecer el fenómeno Chica de los jueves como la espuma, hasta el punto de ser uno de los blogs personales más seguidos.
Hay gente en este mundo virtual con la que conectas especialmente. Yo he tenido la suerte de conocer a varias personas geniales. Todos los que andamos por aquí de forma regular lo hemos hecho. Es cierto que hay quien va exclusivamente a lo suyo y no duda en sacar provecho de quien puede sin ofrecer nada a cambio, pero creo que son más los otros, quienes actúan de buena fe y están siempre dispuestos a echar una mano.
Con Mamen conecté desde el principio. Uno de sus sueños era escribir una novela. Buena parte de los posts que comparte en su blog son pequeñas grandes historias de ficción, que bien podrían ser el germen de una novela. Yo veía clarísimo que, si se lo proponía, escribiría un libro con el potencial de enganchar a muchísimos lectores, sobre todo chicas, como ella, alrededor de la treintena, pero no exclusivamente.
A mí las historias demasiado romanticonas, demasiado rosas, me causan cierto repelús, pero las historias románticas bien contadas y bien escritas tienen un enorme potencial. A todos nos gustan las historias de amor, incluso quienes pasan por ser los más “machotes”. Soy de los que piensan que el amor lo mueve todo, es lo que todos buscamos: ser queridos. Yo mismo escribo sobre ello. Mis relatos y novelas están repletos de relaciones humanas. Los mejores libros y las mejores películas, de una u otra forma, tratan sobre el amor.
Mamen se empeña en pintar el mundo de rosa. Últimamente le han pasado bastantes cosas que le dan motivos para ello. La publicación de su primer libro, por ejemplo. Corazón de fondant, titulado en primera instancia Obras de arte y otros relatos, hasta que la editorial La vocal de Lis decidió apostar por él para lanzarlo en papel.
Puedo presumir de haber sido testigo de todo el proceso, de haber tenido el privilegio de leer el primer borrador, de haberle dado consejos (más o menos inútiles) en base a mi experiencia y, sobre todo, de haberle animado en todo momento a que fuera a por ello. Ya escribí en un post reciente que me gusta la gente valiente, que lucha por sus sueños y hace todo lo que está en sus manos por que se cumplan. Mamen es un buen ejemplo.
Este sábado tendré la oportunidad de sentirme un poco (o un mucho) más privilegiado, pues voy a presentar Corazón de fondant en Barcelona, junto a su autora, por supuesto. Será la primera vez que presente el libro de otra persona, así que tiraré de la vena periodística para tratar de que pasemos un rato entretenido.
Será a las 18.30 horas, en Metric Market, así que si estáis en Barcelona o alrededores me encantaría veros por allí. Valdrá la pena.