Ando escasa de tiempo, que no de ideas. A mis días, como al de una gran mayoría de los seres animados que poblamos este planeta, le faltan horas y a esas horas minutos. Pero esto no puede ser excusa para que yo deje de alimentarme y a ser posible con cosas que me gusten. En la receta que he preparado para hoy vienen dos que me encantan el tomate y la albahaca. La albahaca de origen asiático fue una hierba consagrada a Visnú y a Krishma (sí el del jare,jare, jare… Crisma) más cerca, en Huesca, es la protagonista de las fiestas de San Lorenzo, en esta celebración deja de lado su aporte gastronómico para dar paso al del perfume y la tradición. En otros tiempos, se pensó que la albahaca agradecía las caricias de los humanos y que estaría más tiempo lozana si sus ramitas se cortaban con los dedos y no con cuchillos. Los ingleses aconsejaban a los caballeros que tuviesen una maceta de albahaca a su disposición para poder perfumarse las manos antes de acariciar a sus enamoradas… Sus propiedades en temas amatorios las desconozco, aunque sus virtudes, conocidas por muchos, son otras. Se la considera, por ejemplo, estimulante y espasmódica. Según Dioscórides, debilita la vista si se come en gran cantidad, provoca la orina, mueve ventosidades, es lenitiva del vientre y no sé cuantas ordinarieces más. Dejando atrás la temática escatológica, lo que si es bien cierto es que, la albahaca se usaba en la preparación de ungüentos reales (de hecho su nombre en latín es
basilicum, vocablo que procede del griego
basileusy significa rey) y era considerada la reina de todas las plantas aromáticas. Por hoy relaxing, el tomate para otro día, vamos con la receting:
CORAZÓN DE TOMATE Y ALBAHACAIngredientes (2 personas):4 bases de minipizzas.Queso mozzarella rallado.Jamón cocido.
Tomate natural.Aove (cantidad suficiente)Oregano (cantidad suficiente)Sal opcional (como el queso lleva sal y el jamón también, yo no le pongo)Pimienta molida, opcional.
Elaboración:Le pediremos los moldes, el cortador de
pasta y un buen cuchillo a nuestro amigo McGiver, siempre dispuesto a ayudarnos.
Cortamos las bases de la pizza con la forma deseada y sobre una de ellas espolvoreamos un poquito de orégano y colocamos el queso rallado, encima un poco de nuestro jamón cocido, la albahaca y por último el tomate.
Cerramos con la otra base de pizza y con ayuda del cortapastas lo pasamos todo alrededor, nos quedará más sellada la pizza con menor riesgo “de fuga” de alguno de sus ingredientes. Pintamos la superficie con aove y espolvoreamos con otra pizquita de orégano y si queremos hasta con unas escamas de sal.
Precalentamos el horno a 190º, mientras hacemos el otro corazón.
Cocemos unos 15 minutos y… nuestros corazones estarán listos para ser saboreados.
Pues.... que el vaporcillo del calor no me deja ver la foto
ahora ya, sin el vaporcillo dichoso...