Por Juan Cucaresse / @jcuccaok
La única imagen que el hincha Xeneize no tenía en la cabeza, fue la que se reflejo hoy en el Pacaembú. La de un equipo apagado, nervioso, sin ideas y que no parecía jugar una final. La historia demandaba que Boca iba a salir a ganarlo, que se iba a comer vivo a su rival y que se iba a traer una Copa más. O que, minimamente y en caso de tener mala fortuna, iba a vender cara su derrota. Pero ninguno de esos escenarios esperados apareció. Boca pareció no haber salido a la cancha, y le regaló la Copa Libertadores a un Corinthians que no brilló pero fue inteligente a la hora de jugar e hizo lo que tenía que hacer. 2 a 0, 3 a 1 en el global y primera Copa para el conjunto brasilero.
Durante los primeros quince minutos, Boca tuvo más la pelota pero el Corinthians supo apretar en la salida y cerrarle los espacios al Xeneize. Apenas un disparo lejano de Alex que Orión no pudo retener correctamente causó una débil impresión. Luego, el conjunto local comenzó a manejar los tiempos del partido y a disputar la tenencia de la pelota, abriendo la cancha y aprovechando las bandas para crear juego. A los 30 minutos llegaría la primera mala noticia para Boca, que a esa altura no imaginaba que ésta no sería la única: Orión debía ser reemplazado entre llantos por Sosa, luego de un golpe que había sufrido promediando los 15 minutos. Durante el resto de la primera mitad, se pudo ver como el equipo de Tite iba creciendo a medida que el conjunto de Falcioni cedía espacios y posesión. En la segunda parte, el Corinthians salió a ganarlo y se encontró con un Boca que se veía peor que en la primera mitad. Tenue, con muchísimos errores y faltas innecesarias, y sobre todo, ido. Emerson comenzó a agrandar su figura y a convertirse en la figura de la cancha, aprovechando la constante salida de los centrales de Boca. A los 53 llegó el primer gol del local: Rebote tras un ataque, un jugador la engancha de taco (de casualidad) y la pelota le queda a Emerson, que define preciso ante la salida de Sosa. Corinthians se ponía 1 a 0 y le metía aún más presión a un Xeneize que, de todas formas, no iba a responder. Boca buscaba empatar con pelotazos largos e imprecisos que no llegaban nunca a destino. Silva se tropezaba constantemente, la defensa tenía muchos errores y Román parecía ausente del partido. El hexacampeón no mostraba señales de mejoría y no podía generar juego. A los 71 tuvo su única oportunidad clara, con un cabezazo de Caruzzo que el arquero Cassio retuvo de forma correcta. Finalmente, a los 72, el local liquidaría el partido. Un mal pase hacia el medio de Schiavi lo encontró a Emerson, que picó al fondo y definió cruzado ante Sosa para poner el 2 a 0 y hacer explotar el Pacaembú. El equipo brasilero se acercaba cada vez más a su primera Libertadores. De allí al final, prácticamente el partido se tiñó de blanco. Dio la sensación de que aún adicionandose 20 minutos, el resultado no cambiaría porque Corinthians defendía bien y era preciso para armar juego y Boca se había convertido en una sombra. Merecido campeonato para el conjunto paulista, que deberá jugar el Mundial de Clubes en Diciembre. Gracias de todas formas, Boca. De parte de los hinchas, un agradecimiento eterno. Por ser constante, por permitirnos ilusionarnos nuevamente y por demostrar que somos los representantes del fútbol argentino a nivel internacional. No pudo ser, al igual que en 2004. Pero el fútbol da revancha, y Boca ya tendrá otra chance. Mientras tanto, solo resta corregir errores para que esto no vuelva a suceder y el Xeneize afronte una final como debe ser: con mística.