Revista Cocina

CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz]

Por Anamelm
CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz]

CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz] CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz] CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz]Recuerdo los campos sembrados de maíz. Me acuerdo mucho del olor de las mazorcas cuando el verano convertía la tierra en polvo y el maíz se secaba tendido al sol.

En el pueblo podías comprar dos mazorcas de maíz por diez pesetas, y sacar de ellas palomitas para toda una tarde. También podías cocer el maíz y comerlo a bocados de la mazorca, aunque esa costumbre no es muy de mi pueblo, allí somos más de palomitas, dulces o saladas.

Me acuerdo del pueblo y de las tardes de verano paseando por entre los campos de maíz, y cuando veo las latas de maíz transgénico del supermercado me da un ligero dolor de hígado porque pienso en todos los campesinos que ya no pasean entre los maizales.

Es por eso por lo que llevaba años sin comprar maíz. Por el dolor de hígado. Y por los campesinos mexicanos.

Yo había empezado a escribiros cosas pensando en hablar de la infancia lejana, de las tardes de verano, y del polvo del campo de maíz cuando jugaba con mi primo, pero ya veis que no lo estoy consiguiendo. Y de pronto os he empezado a hablar sobre los campesinos de Mexico.

Muchos de estos campesinos ya no pueden pasar las tardes de sol junto a sus cultivos, porque los perdieron. Y yo pienso más en ellos que en mi infancia. Os voy a contar, muy resumidito, lo que pasó.

Un buen día, una gran empresa con largos tentáculos, llamada Monsanto [que tiene un acuerdo de fusión con Bayer] creó una semilla y la patentó. Era una semilla de maíz transgénico, y la vendieron al mundo como el remedio universal contra el hambre, ya que la semilla tiene en su código genético el insecticida que la hace inmune a la plaga más dañina para los maizales. Monsanto vendió esta semilla patentada [y que por lo tanto sólo ellos pueden producir y vender y cuya reproducción no está permitida] a muchos agricultores, sobre todo grandes explotaciones.

Y estos agricultores sembraron y sembraron, y llenaron campos de maíz transgénico que era todo igual y daba buen rendimiento y Monsanto empezó a modificar genéticamente otras muchas semillas de otras muchas variedades de maíz. Y el maíz no tardó en parecer todo igual, excepto en las pequeñas explotaciones locales de maíz tradicional.

Poco a poco, estas semillas fueron esparciéndose por todo Mexico gracias al viento. Los campesinos que querían seguir cultivando sus semillas ancestrales heredadas de sus antepasados, intercambiadas con sus vecinos, vieron brotar en sus campos mazorcas de un maíz que no era suyo. Los agentes de control de maíz de Monsanto también los vieron, y demandaron a estos campesinos por apropiarse de sus semillas, ganando uno tras otro los juicios contra aquellos quienes poco pudieron hacer por defenderse.

Y les ofrecieron a todos el mismo acuerdo: Retirar los cargos a cambio de que trabajaran cultivando para Monsanto en exclusiva. Con contratos leoninos, asumiendo cualquier pérdida de cosecha, y sin derecho a negociar precios, ya que se comprometían a no vender el maíz a nadie más que a Monsanto.

Así fueron muchos los campesinos a los que los jueces embargaron sus campos para pagar las multas, y también muchos los que acabaron malvendiendo su producción al gigante del maíz transgénico.

Si crees que no has entendido algo, vamos a parar un momento para recapitular: todo esto empezó por unas semillas transgénicas que llegaron a los campos de los pequeños campesinos contra su voluntad, y que dañaron sus propias cosechas. Fueron denunciados por esto: porque el maíz de Monsanto nació en sus tierras y nadie pudo probar que no lo había plantado.

Poco a poco, México se ha despoblado de maíz ancestral. Son muchas las variedades patentadas, y tantas otras las que se han perdido por cese de cultivo, o porque la variedad transgénica contaminante ha devorado la tierra y ha aniquilado las variedades locales, más frágiles.

Todo esto termina mal. Daños a los cultivos, daños a la riqueza del maíz, ruina de las pequeñas familias campesinas, y un maíz insulso igualito y dulzón en las latas del supermercado. Un espanto lo miremos como lo miremos.

¿Y el hambre que nos prometieron que iba a terminarse? El hambre sigue ahí. En las casas de los campesinos más empobrecidos que se desloman a trabajar para vender a Monsanto su producción al precio que se la quieran pagar, en las familias que plantaron cara a Monsanto y fueron devoradas por las multas hasta perder sus tierras, y en el acceso limitado al maíz porque la producción y el precio de venta, ¿hace falta que os diga quien los controla?.

Luego ya en otro post podemos hablar largo y tendido de los biocombustibles, del daño del monocultivo a la riqueza campesina, de los precios del maíz que se mueven en los mercados de futuros, donde se pacta el precio de las futuras cosechas sin que los campesinos tengan derecho a intervenir en lo que serán sus ganancias, o de las semillas modificadas genéticamente con organismos incluso tóxicos, para desarrollar plásticos derivados del maíz o gasolina. Y de como Monsanto juega a juntar maíz y antidepresivos con la intención de destinarlo al consumo humano.

Pero eso... en otro post.

Porque yo os prometo que hoy venía a hablar del maíz de mi infancia, a compartir un recuerdo con mi amiga Elena, nuestra víctima en el #asaltablogs este mes [Elena, ya ves, esto es lo que han decidido hoy mis manos] y al final, os he soltado una chapa... monumental.

En fin!

Que ya que he comprado maíz dulce después de tantos años [cultivado aquí, y declarado como no transgénico] y harina de maíz ecológica gallega, os invito a un trozo de este estupendo pan de maíz o cornbread.

CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz]
CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz]

Harina de maíz, 160 g [no refinada tipo maicena, sino harina de maíz amarilla]

Maíz dulce de lata, 140 g

Bicarbonato, ½ cucharadita

*Si no eres intolerante a la lactosa, puedes usar leche y yogur normal, o mucho mejor, 240 g de buttermilk

**Esta receta es apta para intolerantes a la lactosa. La mantequilla tiene cantidades residuales de lactosa y casi todos los intolerantes podemos tomarla, pero si no es tu caso, existen mantequillas especiales en el mercado

MODUS OPERANDI

Si la harina de maíz no está precocida [viene indicado en el envase] lo primero que haremos será escaldarla, para que no tenga textura arenosa.

Pesamos la harina de maíz, y reservamos. En un cuenco calentamos la leche de soja [o la que usemos] hasta que comience a hervir, y volcamos de golpe sobre la harina de maíz, removiendo inmediatamente para que absorba el líquido caliente. Añadimos el yogur y lo mezclamos bien.

Si la harina está precocida, omitimos este paso, y simplemente mezclamos los ingredientes en frío.

CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz]

Fundimos ligeramente la mantequilla y la añadimos al bol, integrando todo. Hacemos lo mismo con los huevos, y con el resto de la harina previamente mezclada con la levadura, la sal y el bicarbonato. He dejado los huevos para el final porque la mezcla estaba un poco caliente y me preocupaba que se pudiera cuajar, se podrían poner antes y sería incluso más fácil integrarlos.

CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz]

Por último, trituramos los granos de maíz y los añadimos a la mezcla. Volcamos todo en un molde rectangular más bien ancho, previamente engrasado, y lo cocemos a 180 ºC unos 40-45 minutos [siempre depende de la altura de la masa, es mejor pinchar y comprobar la cocción].

CORNBREAD O PAN DULCE DE MAÍZ [Sobre el maíz]


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