Por el alumno Pablo Rejano
Los problemas en España son como los panes y los peces: sólo saben reproducirse. Que estamos en una de las mayores crisis económicas, morales y políticas de los últimos 100 años es algo que muchos tenemos bien claro. Pero me gustaría centrarme en uno de los graves problemas que tiene ésta nuestra España: el problema monárquico. Que la figura del rey está cada vez más entredicho es algo más que sabido. Tras los escándalos de Botswana, los escándalos de corrupción que hay en el seno de la Casa Real y la más que delicada salud de Juan Carlos hace que la corona esté en un fino hilo que se debilita.
Ante esta situación hay dos salidas: seguir con la línea sucesoria y coronar a Felipe o proclamar la 3ª República. Ambas opciones tienen como premisa implícita la abdicación de Juan Carlos. algo que es necesario y que los medios de comunicación saben perfectamente y por eso se multiplican los reportajes sobre el príncipe Felipe. Ambas opciones tienen fuertes seguidores con sus argumentos, que me gustaría empezar a desgranar, ya que veo muy necesaria esta nueva transición.
Los partidarios de la monarquía, defienden que este ha sido uno de los periodos de estabilidad más largos de la historia de España. Gracias a la figura de un rey y los Pactos de la Moncloa, la democracia ha podido entrar en España y era para quedarse. El rey ha sido el embajador más importante e influyente que hemos tenido todo sin contar el prestigio internacional que tiene. También la figura del monarca ha significado un punto de cohesión en unos momentos en los que las divisiones son “pan nuestro de cada día”. Además, Felipe de Borbón es el príncipe mejor preparado de la historia, con una amplia instrucción académica y militar, preparado por y para el que se supone que es su futuro: ser rey. El Congreso y la sociedad española se dividen cada vez más en grupos más pequeños, y una institución fuerte y común como es la corona permite la unidad de todos los españoles.
Por otro lado, cada día se ven en manifestaciones y en boca de la gente la palabra “república”. España ha tenido una muy corta -y por qué no decirlo, desastrosa- historia republicana. Dos repúblicas que juntas no llegan a los 7 años y que acabaron con golpes militares conservadores. Un sistema republicano te permite elegir democráticamente quién será tu Jefe de Estado o directamente, eliminar esta institución y fortalecer los poderes del Presidente del Gobierno y el Ministerio de Exteriores. La monarquía ha dado sus últimas agonizantes brazadas y es hora de pasar a un régimen republicano, con una nueva transición y una nueva Constitución que recoja las nuevas aspiraciones de los españoles. España ya no es la misma que la de los años 70; los jóvenes no se creen ya los cuentos de transiciones pasadas. La monarquía en España se ha convertido en un símbolo de lo reaccionario, siendo cuna de sistemas dudosamente democráticos y llenos de corrupción. Además, la figura de un rey no votado y cuyo poder viene “de la Gracia de Dios” -o mejor dicho, del dictador- ya no sirve.
Aquí tienen algunos de los argumentos que usan estas dos posturas. Creo que es totalmente necesario abrir un debate que creará polémica y que será largo, pero necesario. Esta crisis económico-social hace cada vez más necesaria una regeneración democrática y una refundación de España desde sus cimientos. Yo ya he elegido mi postura, ¿y tú?. Los ideales no caen del cielo; nacen de las conciencias inquietas.