De verdad, no veáis ninguna segunda intención en este post. Si hoy os enseño preciosas coronas no se debe a la coyuntura de la situación. Es, simplemente, porque estas imágenes me han llegado estos días y me han gustado tanto que no he podido esperar a que el debate socio-político amaine para compartirla con vosotras.
También sé que no tiene mucho sentido enseñároslas ahora ya que todos los niños, por lo menos los del cole de mis hijos, ya han hecho la Primera Comunión. Lo sé porque, ayer por la tarde, se celebró en el cole una Eucaristía de Acción de Gracias por los niños que han comulgado este año. Eucaristía a la que todos los niños visten como el día en que comulgaron por primera vez.
Daba gusto ver a todas las niñas felices de enseñar sus galas a sus amigas de clase y a todos los niños, que también estaban felices, aunque no sé yo si les importaba mucho compartir y comentar sus estilismos con sus compañeros.
Mis hijos aparentemente estaban muy guapos pero solo aparentemente. Su perfecta madre, esa que habla en un blog sobre moda infantil, que asesora a sus lectoras sobre los estilismos de sus hijos -todos los días respondo algún mail de mamás que me consultan-, que cuida el detalle al máximo se olvidó los bonitos gemelos de plata que deberían cerrar los puños de sus blancas camisas.
Menos mal que las “monjitas” son muy apañadas y dispuestas y rápidamente me dieron unos imperdibles para solucionar el problema.
Así que nada, ahí estaban mis hijos entrando en la capilla, en fila india y con las manos en “actitud orante” como les habían indicado y que es, precisamente, la que más enseña los puños de las camisas.
Os dejo las imágenes de las coronas que si ya no nos sirven para las comuniones, nos pueden servir para el resto de ceremonias típicas de estas fechas: