Revista Psicología

Corónica del mundo exterior (Parte 3)

Por Yanquiel Barrios @her_barrios
Corónica del mundo exterior (Parte 3)

En estos meses he escuchado asociaciones realmente ingeniosas sobre "esta cosa horrible que nos ha pasado", como me escribe una querida colega desde Argentina. Es el privilegio del psicoanalista: que a susoídos lleguen los pequeños demonios de la lengua. Alguien me dijo ayer que ha sido como si una nave alienígena hubiese rociado nuestro planeta con un gas venenoso. En cierto modo ha sucedido algo así. Que haya venido de la China, de Saturno o de otra galaxia, en definitiva no tiene demasiada importancia. Lo fundamental es que estos millones de entes microscópicos tienen la virtud mágica no solo de diezmarnos, sino también de mostrar toda la podredumbre que aguardaba el momento propicio para subir a la superficie. Me sorprende la ingenua alegría de quienes se lanzan felices a la calle, donde los bares tratan de burlar la vista de la policía y añadir una mesa más en las terrazas, mientras los vecinos chillan de que así no se puede caminar por las aceras y los comerciantes protestan porque las aglomeraciones tapan la vista de los escaparates.

Se empieza a decir que el virus ya no nos mata.

Al parecer va desfalleciendo un poco después de este recorrido que ha hecho por la naturaleza humana. Lógicamente, el virus no sabía dónde se había metido. Tal vez aprendió la lección y ya no vuelve. Ahora vamos a morirnos de otro veneno. Dentro de pocos días los animales que se habían animado a entrar en las ciudades regresarán a su exilio. Antes del estallido de un volcán o del espasmo de un terremoto, los bichos salen corriendo. Presienten el peligro. Vuelven los seres humanos, por lo tanto para ellos es mejor batirse en retirada. Los animales no entienden de virus, pero saben muy bien quién es su peor enemigo.

En este año 2020 no se ha publicado aún el Worldwide Threat Assessment confeccionado por los servicios de inteligencia norteamericanos, un documento donde todos los años se evalúan las principales amenazas que se ciernen sobre la Tierra. La salida está demorada porque Trump no quiere que el documento vea la luz, probablemente porque él figura en el primer puesto. El peligro mayor no proviene esta vez de la naturaleza. No va a estallar el sol, ni chocaremos contra un meteorito gigante, ni los polos van a darse la vuelta. El periódico The Atlantic ha tenido acceso al documento, donde se advierte que lapróxima pandemia es la del terrorismo neonazi. ¿Trump ha puesto en marcha ese Golem monstruoso o es al revés? Tal vez Trump es tan solo el representante de la nueva normalidad que nos aguarda, pero no la rutina de las mascarillas y los frascos de alcohol en gel, sino otra variedad de N.N. Siguen las coincidencias: también son las letras de Neo Nazismo. El terrorismo de los supremacistas blancos es nombrado por todos los expertos en catástrofes y mencionado en primer plano por el Worldwide Threat Assessment como el más grande de los peligros al que vamos a enfrentarnos. "La vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido", afirma Macbeth. Una frase verdaderamente profética, como si Shakespeare hubiese adivinadolos twitters que Donald Trump escribiría cuatro siglos más tarde, o los de sus aprendices en Brasil, España o Reino Unido, donde el idiota local acaba de decretar la prohibición de tener sexo con desconocidos. Saltarse la normativa da lugar a una multa de 100 libras (Importante aviso para transgresores: cincuenta por ciento de descuento si se paga en un plazo no mayor de dos semanas). Hay cosas peores: en Irán te multan con 100 latigazos. Dos maneras distintas de incitar a gozar: versión "Pegan a un niño", o versión "Multan a un niño".

En el portal de noticias Medium, Umair Haque se pregunta si alguna vez ha existido una época donde la ignorancia fuese superior a la actual. La pandemia se ha cebado sobre la tela descosida de la humanidad. Se han soltado los hilos, y todos los delirios comienzan a vociferar al unísono. Se esparcen velozmente por las redes sociales alertando contra las vacunas, asegurando que la Tierra es plana, que el Holocausto es un vídeo hecho con photoshop. Umair Haque tiene toda la razón. El capitalismo ha entrado en una fase que produce no solo un vaciamiento de los recursos naturales, sino que vacía la subjetividad de todo contenido. Nos vamos convirtiendo en cáscaras en las que cualquier cosa tiene cabida. Cuanto más megalomaníacas sean las ideas de relleno, mucho mejor, porque se necesitan grandes fábulas para suplir la ausencia total de coordenadas éticas. Todas las eras conocieron la ignorancia, pero ninguna como esta, donde la debilidad mental se promuevecomo la mayor virtud que puede poseerse, de allí que aumente cada vez más su cotización en el mercado del poder y de la política. La ignorancia es una commodity que se paga a precio de oro, y en el que muchísima gente ahora apuesta sus ahorros. El orgullo del idiota no conoce límites. Además, el idiota -como lo anunció Shakespeare- está lleno de furia. Se aproxima el momento de una decisión: o acabamos con él, o él acabará con nosotros.

*Imagen de portada, Macbeth por E S Toose


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