Una corte federal de apelaciones falló contra el subcontratista del gobierno que está preso en Cuba y que trataba de demandar al gobierno estadounidense por la destrucción de su empresa.
Alan Gross fue detenido en diciembre de 2009 mientras instalaba acceso a internet como subcontratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID). Era su quinto viaje a Cuba. Gross fue juzgado y sentenciado a 15 años de cárcel en Cuba, donde aún se encuentra. Gross y su esposa demandaron alegando negligencia.
En una decisión por 3-0 emitida el viernes (14/11/2014), la Corte Federal de Apelaciones del Circuito del Distrito de Columbia dijo que el gobierno estadounidense es inmune a acusaciones surgidas en el extranjero. Ratificó la decisión de una corte menor de desechar el caso.
El matrimonio Gross dijo que el gobierno se encubre en inmunidad después de enviar al subcontratista a una situación que sabía sería peligrosa.
Scott Gilbet, abogado que representa legalmente al matrimonio, indicó que pedirá una revisión del caso en los tribunales y dijo "estamos muy decepcionados con la decisión".
La demanda por 60 millones de dólares culpa al gobierno federal y al contratista para el que Gross trabajaba, Development Alternatives Inc., de Maryland, de no prepararlo adecuadamente para su trabajo en Cuba. La familia Gross llegó a un arreglo por un monto no revelado con Development Alternatives.
Judy Gross señaló en una entrevista en noviembre de 2011 a la agencia AP que su esposo pidió a la compañía para la cual estaba trabajando que se pusiera en contacto con el gobierno cubano para que aprobaran su trabajo de establecer el servicio de internet para la pequeña comunidad judía de la isla.
Pero la empresa Development Alternatives Inc., con sede en Maryland, se negó a contactar a funcionarios cubanos y no le permitió a él ponerse en contacto con nadie tampoco, indicó ella. Por separado un compañero de trabajo le dijo que no se preocupara sobre el proyecto, agregó.
Steven O'Connor, un vocero de DAI, dijo en un comunicado que Gross “diseñó, propuso e implementó su trabajo” para la compañía, la cual tenía un contrato gubernamental para un proyecto de fomento a la democracia en la isla comunista. Gross era un subcontratista de la empresa, la cual tenía un contrato financiado por la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID).
Judy Gross dijo que su esposo cree que fue engañado por la compañía.