Hoy estrenamos nuestra nueva sección de los miércoles, "Corto y Cambio", la cual publicaremos semanalmente junto con "Dioses Seriéfilos", en este pequeño rincón del blog, nuestra intención es dar a conocer un mundo en el cine muy desconocido e infravalorado, el mundo de los cortometrajes. Os daremos nuestra breve opinión acerca de un cortometraje en concreto y os dejaremos el propio corto aquí para que podáis verlo en caso de que no lo hayáis visto. Y para estrenar la sección, que mejor uno de los inicios de un director mundialmente famoso como lo es Tim Burton, al igual que uno de los cortometrajes mejor valorados de la historia del cine.
Puede que muchos de vosotros ya conozcáis este cortometraje. Básicamente porque se trata de los inicios del venerado por casi todo el mundo Tim Burton. Sin embargo, si no conocéis este cortometraje o no lo habéis visto, os damos la oportunidad de verlo finalmente. Se trata de un corto de una duración de apenas 5 minutos, creado mediante stop-motion, una técnica que bien es sabida que le gusta a este director (pues la repitió en "Pesadilla antes de navidad" y "La novia cadáver", dos de sus películas más famosas y mejor valoradas). La historia es bien sencilla: un niño de 7 años que, en vez de jugar con muñecos de action man o con playmobils (o si queréis hasta con barbies, porque viva la igualdad de género, ¿no?), se dedica a leer a Edgar Allan Poe y a fantasear con cosas macabras, pretendiendo ser el actor Vincent Price (el cual es el narrador). Con una premisa tan sencilla y hasta absurda, consigue crear una atmósfera irrepetible, oscura, macabra y bella a la vez (la narración está hecha en rima).
Para algunos, esta es la cumbre del director. Para otros, no es más que un buen corto que muestra las futuras tendencias que tendría el director. Personalmente, puede que no sea la cumbre, pero sin duda es un terreno único y que no llegaría a conseguir imitar en el resto de su carrera, aunque eso no lo hace necesariamente lo mejor de su carrera. Solía ser mi cortometraje favorito, puede que lo siga siendo. Eso sí, cuando lo vi por primera vez era bastante pequeño y reconozco que me dejó algo tocado, no es demasiado infantil, la verdad. Si me preguntáis, yo creo que es una obra de arte. Y si no me preguntáis, digo que es una obra de arte también. Es un país libre, ¿no?