Revista Comunicación

Cosas de Facebook:

Por Hluisgarcia

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Golpes en el pecho
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Pocas veces acudo a Facebook para hablar de mis cosas. Yo soy más de frases cortas, apenas pensadas, del Twitter. Además, no soporto los vídeos de animalitos. Es por eso que ésta es una ocasión especial. Quiero hablar sobre los golpes en el pecho y para eso, se necesitan más de 140 caracteres.

Los golpes en el pecho a los que me refiero son todos aquellos actos meritorios que, realizándolos una persona determinada, se los atribuye una tercera. Es una acción rastrera, pero que, al menos yo, llevó mucho tiempo observando en silencio, viendo como es, no sólo tolerada, sino aplaudida por una mayoría. Y ese silencio ha permitido que personas a las que quiero mucho hayan quedado en un segundo plano, sometidas a la ley tolerada de la mentira. Esas personas tan queridas, que lo son, entre otras muchas cosas, porque no quieren ningún reconocimiento, y así me lo hacen saber, nunca han querido poner las cosas en su sitio, pero son tan grandes las mentiras y el protagonismo que otros se atribuyen a su costa, que yo, si quiero ser justo, no puedo tolerarlo. Y acudo aquí, al Facebook, el lugar donde la hipocresía y la mentira campan a sus anchas, utilizando sus mismas armas, para dejar constancia de la injusticia que con ellas se está cometiendo. No para criticar a nadie, sino sólo para tratar de conseguir que todos reflexionemos sobre este asunto.

Soy ateo, pero educado en el catolicismo, y cuando los del golpe en el pecho llenan este sitio de mensajes meritorios hacia ellos mismos, negando la realidad a quien realmente hizo las cosa de las que presumen, me entran ganas de deciros: No escuchéis palabras necias. Mirad quién realmente acoge al necesitado, quién alimenta al hambriento. Quién calienta a quien tiene frío. Quién es realmente el buen samaritano. Porque si Jesús viviese en esta época, al “por sus actos les conoceréis” seguro que le añadiría “no por lo que cuentan en Facebook”.

Seguramente que muchas de estas personas a las que su afán de protagonismo les lleva a meterse en camisas de once varas no son malas personas. Posiblemente tratan de llenar un vacío en sus vidas y utilizan el medio que creen más conveniente para tratar de conseguirlo. Internet tiene estas cosas. Unas decenas de seguidores desconocidos o poco frecuentados y nos creemos que estamos en la cima del mundo. Algunos incluso que el Sol gira a su alrededor. Pero la realidad es muy distinta, y siempre exige actos concretos. Que sean públicos o privados, meritorios o míseros, dependerá de la educación, la personalidad y la voluntad de cada uno. Pero es evidente que estos actos tienen que ser propios. El desear hacer las cosas que hacen otros y no ser capaz de hacerlas no justifica que se mienta sobre ellas para quitarles mérito, o que se las reduzca al absurdo para que no quiten protagonismo a los del golpe en el pecho.

Es patético ver como estos del golpe en el pecho comienzan cada frase con el YO. Yo he hecho, yo tengo, yo he visto… y no son capaces nunca de dejar que la conversación fluya hacia otra dirección que no sea la de su propia vida. Es evidente que para rellenar con anécdotas tanto tiempo de charla, tarde o temprano se tiene que complementar la misma con añadidos ficticios. Y así, si prestáis un mínimo de atención a su retahíla de vicisitudes exitosas, comprobaréis como a la media hora las cosas ya van sonando a cuento chino. Incluso a impertinencia, pues lo méritos propios falsamente atribuidos acaban afectando a la vida privada de otras personas. Esas personas que callan, que no quieren problemas, que ya tienen bastante con lo suyo. Esas personas que sufren en silencio por no crear más polémicas o por no perder una amistad que valoran mucho más que lo que la valora el de los golpes en el pecho. Y así, estos pavos reales creen ver como su cola crece hasta el infinito y piensan que son importantes porque son el centro de atención, cuando la realidad es muy distinta: Se han convertido en personas a las que solamente se le comenta aquello que quieren oír, a las que la charla insustancial es la forma de mantener a distancia y a las que nunca se les confiará nada importante porque nadie cree en ellas. En definitiva, el supuesto éxito social-virtual del Facebook les lleva a convertirse en unos parias reales.

Y no quiero con este comentario dejar en evidencia a nadie. No he dado nombres ni he referido hechos, con la clara intención de no señalar. Aunque no me cabe la menor duda que estos del golpe en el pecho sabrán perfectamente, cuando lean estas líneas, que hablo de ellos. Y si les molesta, lo siento, pero creo que es la mejor forma de hacerlos reflexionar: Dándoles su propia medicina, aunque con algo más de estilo. Haciéndoles ver que las palabras, aunque parezcan vacías en ocasiones, pueden hacer mucho daño, y que antes de hablar de lo que no se sabe, hay que reflexionar (salvo que utilices el Twitter, que por eso creo yo que existe la limitación de los 140 caracteres, para no meter mucho la pata). from Facebook
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