Hoy hay huelga general convocada en Euskadi, bajo mi punto de vista más que justificada, que secundo, y aprovecho para quedarme en Logroño y sumarme a las movilizaciones que aquí hay convocadas por Izquierda Unida (los sindicatos CGT y CNT “anarquistas” han convocado la huelga a nivel estatal y supongo que la aprovecharán para arremeter contra el resto de fuerzas sindicales, un favor que hacen con devoción y gratis a la Patronal desde hace tiempo).
Mientras el facherío sueña en su cama calentito con el rescate económico de España y posterior ajusticiamiento en el paredón de Zapatero, servidor se ha despertado pronto para poner octavillas en los coches y cartelería anunciando la concentración que se celebrará esta tarde contra las claudicaciones del gobierno en materia económica a la derechona neoliberal y el atentado terrorista sistemático que estamos sufriendo en nuestros derechos como trabajadores y ciudadanos.
¿A que soy creativo eligiendo los lugares donde pongo los carteles?
Creo que si llego a estar un minuto más en la calle me tienen que amputar los dedos por congelación. No recomiendo salir a menos cuatro grados bajo cero de madrugada a hacerlo. Aunque antes muerto como un témpano que dedicarme a levantar el brazo derecho al sol.
Asi estaban los cristales de los coches: era hielo, no nieve, y no me podía poner los guantes porque no se pueden sujetar y separar las octavillas con ellos puestos ni buscar el extremo de la cinta de embalar para pegar carteles.