Y lo mismo sucedió con el caso Adele y sus supuestos 60 kilos perdidos. Como lo que importa es ganar visitas, qué más da si la noticia no tenía ni pies ni cabeza. Ya habrá tiempo para desmentir, el caso es publicar y que la gente lo lea. Que sea verdad o no, es secundario.
Me voy a vomitar, si me disculpáis.
2- La gente imbécil. Los que se piensan que su vida es el centro del universo y los demás, planetas que orbitamos a su alrededor. Los que son incapaces de levantar la voz para defender al prójimo. Los que te miran mal cuando quien levanta la voz eres tú. Y aquí enlazo con el punto anterior. Si además eres mujer y se te ocurre enfadarte, prepárate para miradas, comentarios y cuestionamientos. Que el hombre saque el carácter, se lleva bien. Que lo saque la mujer, oh, qué poco femenino.
Así, todo el rato.
3- La gente que cuenta su vida en las redes sociales. Todo el rato, continuamente, sin parar un minuto. Viviendo mentiras e intentando que los demás nos las creamos.
4- La gente que corre con el coche, que es imprudente, que conduce como si la carretera fuera de ellos. La gente que pita a ese 1% de la población que hacemos bien las rotondas.
5- España, así en general.
6- Que internet en la ofi me vaya como el caballo del malo.
7- Y la maldad. Porque los malos de los cuentos existen. Y están entre nosotros. Acechando. Tenedlo claro.