
Casi siempre he tenido muy buenos profesionales en cuanto a saber médico, pero muy flojos en su habilidad comunicativa. No sé si fue por falta de tiempo, de ganas o simplemente porque no querían ponerse en lo peor; el caso es que hay cosas que nunca me contaron y cuando finalmente las supe ya no había tiempo para prepararse. Y es que una charla en el momento oportuno quizás no tenga ninguna repercusión directa sobre la enfermedad, pero sin duda puede reducir el choque emocional y el sufrimiento psicológico.
Que siempre me haya gustado creer que las cosas saldrán bien no significa que no quiera estar informada de todas las posibilidades. Por eso, por si puede ayudarle a alguien, voy a contaros las tres cosas que me hubiera gustado conocer previamente, en vez de descubrirlas de sopetón cuando ya me estaban pasando.Leer entrada completa
