El origen de los eucariotas es tratado frecuentemente en divulgación como un "hito evolutivo". A partir de antepasados de organización relativamente sencilla (de tipo bacteria) surgió, hace unos dos mil millones de años, algo muy diferente tanto en estructura como en funcionamiento: la complejísima célula que forma los protozoos, animales, hongos y plantas.
Los antidarwinistas suelen afirmar que los mecanismos de la teoría evolutiva convencionales no bastan para explicar esta transformación. Uno de sus héroes fue la microbióloga Lynn Margulis, quien además de proclamar que el "neodarwinismo" era dañino promovió la llamada Teoría de la Endosimbiosis Seriada. Según este modelo la célula eucariota surge mediante la unión progresiva de diferentes bacterias.
Célula eucariótica animal.
El modelo de Endosimbiosis Seriada incluía dos elementos que hoy están suficientemente probados y se consideran hechos. El primero es que nuestros antepasados remotos incorporaron a su interior una alfa-proteobacteria, que luego se convertiría en las mitocondrias (orgánulos encargados de generar energía química). El segundo es la adquisición, en el linaje algas y plantas, de cianobacterias que realizaban fotosíntesis y que se han convertido en los cloroplastos (algo así como centrales de energía solar) de los vegetales.
Otros postulados de la Endosimbiosis Seriada no han tenido la misma suerte. Margulis sostuvo, a pesar de la ausencia de pruebas, que las bacterias espiroquetas eran las antepasadas de los cilios y flagelos de nuestras células. Los peroxisomas, orgánulos dedicados al metabolismo de las grasas, también fueron propuestos como ejemplos de antiguas bacterias simbióticas, pero actualmente esta idea ha sido descartada: los peroxisomas proceden más bien del retículo endoplásmico.
El modelo de la Endosimbiosis Seriada no explica el origen de la célula ecuariota ni sus grandes y numerosas diferencias con los procariotas. Sí explica, y aquí el asunto está zanjado, el origen de la mitocondria (presente en casi todos los eucariotas) y de los plastos de los vegetales.
(La endosimbiosis de la mitocondria y el cloroplasto (u otros orgánulos, si se da el caso) no se debe entender como un fenómeno "no darwiniano" o incompatible con la teoría evolutiva establecida. Toda simbiosis requiere un proceso de coadaptación entre especies distintas, que de momento puede explicarse satisfactoriamente mediante etapas de variación al azar y selección natural.)
Según una hipótesis algo distinta (pero con ciertas conexiones con la endosimbiosis seriada), la célula eucariótica surgiría a partir de la fusión o mezcla entre dos procariotas: una bacteria y una arquea (más adelante, además, se incorporarían la mitocondria y el cloroplasto en procesos distintos). Hay varias versiones de esta propuesta, que supuestamente explicaría la aparición del núcleo celular y los complejos sistemas membranosos de la célula eucariota. He visto algunas veces defenderla un modo "saltacionista": se habría producido de golpe y porrazo un enorme aumento de la complejidad en la célula, dando lugar a un organismo nuevo, muy diferente a sus antepasados, y muy exitoso. Podéis corregirme si me equivoco, pero me da la sensación de que las pruebas para esta interpretación siempre han sido endebles, por no decir inexistentes.
Imagen sacada de la web Evolutionary Tree of Life donde se aprecia cómo los dominios de las bacterias y las arqueas se fusionan majestuosamente (pero improbablemente) para darnos lugar a los eucariotas.
Recientemente, por otra parte, se han ido publicando trabajos que que arrojan más luz y dejan menos sitio para las especulaciones sobre acontecimientos bruscos e improbables. Poco a poco se van fortaleciendo las siguientes hipótesis:
- Los eucariotas descienden (descendemos) de arqueas. No de eubacterias. No de una fusión arquea-bacteria.
- Los eucariotas también poseemos antiguos genes de bacterias, así que podría decirse que fuimos o somos "quimeras" genéticas de arqueas y bacterias. Pero estos genes fueron probablemente incorporados por transferencia horizontal (no hace falta recurrir a fusiones drásticas).
- Seguimos sin saber del todo cómo evolucionaron muchos de los rasgos propios de los eucariotas, aunque algunas cuestiones están más o menos resueltas. Ciertos orgánulos (como los peroxisomas o el aparato de Golgi) surgieron de novo en los eucariotas; otras estructuras, como el citoesqueleto capaz de autoorganizarse, proceden de estructuras más sencillas presentes en los procariotas. Quizá la incógnita más fascinante sea el origen de los cromosomas eucariotas y su funcionamiento, especialmente en lo que respecta a la reproducción sexual.
-La mitocondria se incorporó tarde. Probablemente, cuando la célula eucariota ya estaba "hecha", es decir, ya tenía la mayor parte de sus rasgos propios. La simbiosis entre la primitiva célula eucariota y los antepasados de la mitocondria parece que produjo un organismo ganador, que acabó desbancando al resto de los eucariotas (los que no llevaban mitocondria) y que evolucionó posteriormente hacia cosas tan increíbles como una Sequoia sempervirens, un Homo sapiens o un Tyrannosaurus rex