Cositas de un miércoles cualquiera

Uno.- El argumentario para exculpar a un hijolagran e impresentable comentarista de la televisión más infumable del espectro madrileño, parece ser que es “una conversación privada“. Como si los pedófilos fueran pregonándo sus obsesiones y dislates en público todos los días.

La verdad sea esta es una gran metáfora de lo que es la derecha ultramontana, xenófoba, machista y retrógada que representa el Partido Popular: dar lecciones de moral públicas diciendo lo que puedes o no puedes hacer y luego “en su vida privada” hacer justo lo contrario. De ahí que actividades privadas como es el trincar comisiones, cuando no robar a mansalva vía corrupción, lo vean como pecado venial, amén de exculpar los pecadillos sexuales de sus adláteres.

No duden que no van a hacer más que reírle la gracia. Si acaso a partir de ahora, secuestrarán hasta las cintas de grabación de los cámaras de Telemadrid, que son los que sufrirán las consecuencias de un calentorro y racista imbécil.

Dos.- Se abren caminos muy interesantes en la hipocresía del PSOE. Verás que risa en unos meses cuando exijan condenas de la violencia y vaya alguno y diga que “lamenta profundamente” y que ya pide un informe completo a doble espacio al agresor.

Lo de Trini sin burbujas es de nota. Se ha cargado el efecto ZP del cambio de gobierno en menos de un mes, a pesar del esfuerzo de maquillaje de la prensa progre. Entre ella, Rubalcaba dando por bueno que los policías y soldados marroquíes eran unos pacifistas desarmados que repartían caramelos y Sinde pidiendo expertos se han cubierto de gloria.

En otro orden de cosas hay que apuntar un puntito al titular de trabajo, que va y pide sacrificios a los pensionistas el mismo día que Pepiño hace una suspensión temporal de capitalismo y salva a las concesionarias de las autopistas más desiertas después de las del Mojave.

Perfecto: han demostrado que lo de este gobierno no es un problema de que comunicaran mal lo que hacen, sino que lo que hacen se entiende perfectamente por más que intenten disimularlo.

Tres.- Una vez en un juego de animación para aprender a definir objetivos, nos pidieron que escribiéramos todos los que  creíamos que tenía una empresa de tornillos. A mi me gastó con dos palabras: ganar dinero.

Pues con los mercados, Irlanda, Grecia, y todos los demás me pasa lo mismo. El objetivo de los mercados no es ni el crecimiento ni el déficit ni la puta madre que los fundó, sino ganar dinero. Y si especulando y poniendo contra las cuerdas a todos los gobiernos del planeta ganan dinero, lo van a seguir haciendo. Y si despúes salen los golfos cortoplacistas que nos gobiernan y rescatan bancos para que sigan especulando y ganando dinero, seguirán chantajeando a la sociedad civil.

No se que parte de esta ecuación tan fácil (“ganar dinero”) no entienden los gobiernos de turno, pero mientras no se planten, no hay nada que hacer.

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