Vídeo: Abucheos al PP en el homenaje a Dolores de Cospedal en el Hotel Ritz “Rajoy y Cospedal a Soto del Real”
La imagen de la Secretaria General del PP Dolores de Cospedal está de capa caída tras las últimas pilladas a los bulos que ha contado desde que estalló el escándalo Bárcenas.
A la derechona ni se le pasa por la cabeza que reconozca que tuvo que “adornar la realidad“. Le montan un acto de reparación en el Hotel Ritz con la plana mayor del PP desayunando a 36 euros por cabeza. En dicho acto, Mariano Rajoy no escatimará en halagos a Sor Cospedal, la mártir a la que no le importa enfermar de bulofilia por su partido.
Eso si, el PP no contaba con un grupo de afectados por sus políticas de recortes que les esperaban a las puertas del Hotel de lujo elegido como escenario para el evento, que les amargarían la mañana al grito de “ladrones”, “corruptos”, “chorizos”, y “Rajoy y Cospedal a Soto del Real“
¿Habrá conseguido el PP limpiar la imagen de Dolores de Cospedal montando esta fiesta? A juzgar por la fotografía que ha tenido que colocar en la portada el Boletín Oficial del PP dirigido por el tremebundo Marhuenda, Cospedal a su paso despedía un raro olor.
La cara de Mariano oliendo a cuesco lo dice todo: o el exceso de bulos provoca una aerofagia poco decorosa y en exceso olorosa a la Secretaria General del PP, o el pestazo que deja a su paso, es olor a cadáver político al que acaban de convertir en zombie con esta fiesta.
Aunque, como cada palo debe aguantar su vela, serán los ciudadanos de Castilla La Mancha los que decidan el futuro de la bulófila Cospedal: si la reeligen como presidenta, la resucitan, de lo contrario, la entierran.
Tras escuchar a Dolores hablando sobre lo mal que lo pasó el PP cuando les salió el tiro por la culata por mentir tras el 11-M, e inmortalizarse para la posteridad con la misma cara que se le quedaba a las víctimas de aquella mofeta que en los dibujos animados apestaba por donde pasaba, Mariano Rajoy, el valiente que en campaña electoral prometió dar siempre la cara,
salió huyendo por la puerta de atrás del Ritz para no escuchar los mismos gritos y abucheos sobre_cogedores que estaban soportando sus compañeros peperos.