Coto al ‘crowdfunding’

Ese dechado de virtudes que es el Partido Popular ha dado un paso más en su loable misión de que todos seamos iguales y ha puesto coto al crowdfunding o, en cristiano, al micromecenazgo o financiación colectiva. Este sistema, que suele usar Internet como medio, se utiliza para financiar iniciativas de particulares u organizaciones para distintos fines, con frecuencia culturales o sociales. De esta forma se consiguen unos recursos económicos que los gobiernos de turno niegan.

El objetivo de este coto (que supondrá un límite de 3.000 euros por proyecto  y 6.000 por año para cada plataforma) es, según el insigne ministro de Economía, Luis de Guindos ‘la protección de los inversores para que dispongan de toda la información suficiente’ en búsqueda de ‘plataformas transparentes’. ¡Toma ya! y se queda tan ancho este señor que pertenece a un partido que ha convertido la financiación ilegal en un arte.

Por poner un pequeño ejemplo, y para que se hagan una idea de lo que supone acotar la financiación colectiva, échenle un vistazo a lo que se logra por este medio en el proyecto universo crowdfunding. Libros, discos, exposiciones, proyectos científicos, inversión solidaria, protección medioambiental…, todo cabe en el micromecenazgo. Y he ahí el quid de la cuestión. ¿Cómo van a permitir de Guindos y sus compis que nos zafemos de sus garras fascistoides? ¿Cómo dejar que unos pobres desgraciados que no tienen otros medios para sacar adelante sus proyectos sean los beneficiarios del preciado dinerito que puede terminar en el bolsillo del bárcenas de turno? ¿Cómo tolerar que lo que controlan por un lado mediante leyes restrictivas por otro se les vaya de las manos? ¿Cómo consentir un sistema que prescinde de agentes bancarios y de intermediarios? ¡Vamos hombre, ni que fueran gilipollas!