Revista Medio Ambiente

Couchsurfing: viajando sin salir de casa

Por Valedeoro @valedeoro

Couchsurfing: viajando sin salir de casaPara poder viajar hace falta tiempo y dinero. Durante los estudios te sobra el tiempo, pero no te puedes permitir ir muy lejos. Cuando empiezas a trabajar tienes el dinero, pero el derecho a x días por año exige que elijas muy bien qué hacer con tu tiempo. O quizás es hora de abrir tu casa y extender tus alas desde el propio nido.

Una comunidad de viajeros compulsivos

Puedes viajar saliendo de tu casa, o puedes invitar el mundo a que venga a pasar unos días en tu sofá. Esa es la idea del couchsurfing, literalmente. Si te vas de viaje, puedes encontrar “sofás” para pasar unas noches en casa de otros miembros de la comunidad. Mientras estás en tu casa, puedes ofrecer tu propio sofá a viajeros que buscan un lugar para quedarse mientras visitan tu ciudad. No hay dinero que pase de unas manos o otras, pero sí experiencias, nuevas perspectivas y conocimientos de cocina. Y muchas veces acabarás haciendo nuevos amigos que quizás sean el inicio de un nuevo viaje.

Bienvenido a mi casa

A diferencia de facebook, los perfiles en la plataforma de Couchsurfing.org son bastante completos. Al fin y al cabo quiero saber a quién estoy invitando a mi casa. La organización también ofrece una verificación de cada miembro para asegurar que la persona vive dónde vive. Si además te dejas guiar por las recomendaciones que otros miembros han dejado, ya sabes bastante sobre la persona que ofrece o busca un sofá. Con ayuda del sentido común (y esta guía completa de couchsurfing), establecer contacto con personas interesantes y poder compartir experiencias en la vida real se convierte en una interesante alternativa a los viajes estandard.

El mundo a traves de personas de verdad

Julia, la quiropráctica americana que curó mi pie para que yo pudiera correr la Cursa de la Mercé en Barcelona. Rodrigo, el banquero brasileño que patrocinó una fiesta legendaria en la playa. Matt y Anna, los minimalistas americanos que dedicaron horas en mejorar mis habilidades de poker. Viktorija y Gintare, las viajeras de Lituania que compartieron horas de conversa sobre el sentido de la vida… todos los que pasaron por mi casa me han enseñado algo, han compartido algo, me han inspirado de una u otra forma. Con algunos he pasado un buen rato, con otros se ha formado una amistad profunda que terminará en reencuentros y más couchsurfing. Ahora yo tengo dónde aterrizar cuando salga de viaje.

¿Cómo cambiaría tu perspectiva si abres tu hogar?

Conocer personas de todo el mundo te abre el horizonte, aunque no tengas tiempo para viajar en este momento. Invitar al mundo a tu casa es otra forma de compartir, y también de crecer. Todos podemos enseñar algo, todos podemos aprender algo y qué mejor forma de conseguir que las lecciones vengan a tu casa a pasar un buen rato. Pruébalo, inspírate y conoce el mundo. Tus prejuicios (hasta los que no sabías que los tenías) serán los primeros en despedirse, seguidos por los miedos al cambio y el nerviosismo frente a lo distinto. A cambio conseguirás nuevos impulsos, ideas diferentes y quizás oportunidades que ni siquiera se te ocurrieron. Porque compartir es lo que nos hace crecer.


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