Revista Cultura y Ocio

Courage – Villagers

Publicado el 15 abril 2015 por Srhelvetica

Vuelve Conor O’Brien, y vuelve en el mejor sentido del término: las canciones que aparecen en su último disco (especialmente, me parece, las de la primera mitad) lucen más cerca de las joyas que atesoraba su debut, que de las composiciones más abigarradas de su sucesor. Y no es que “[Awayland]” fuera un mal disco, que no lo era, pero el irlandés quizás parecía algo perdido entre orquestaciones que acaban por ahogar algunas buenas ideas, cuando no parecía estar malgastando su particular habilidad para la belleza entre sombras, en composiciones bastante por debajo de sus capacidades.

Hablar de este “Darling Arithmetic” requiere echar mano, casi de forma obligada, del viejo cliché de disco confesional. De hecho, leer la entrevista que hace bien poco concedía O’Brien a un medio de su país ha hecho que ahora otorgue a los versos con los que arranca el disco (literalmente: primera estrofa, primera canción) un peso especialmente significativo.

“It took a little time to get where I wanted
It took a little time to get free
It took a little time to be honest
It took a little time to be me

¿Es “Darling Arithmetic” un disco sobre salir del armario? En un sentido, sí, pero lo cierto es que aunque no haya sido hasta ahora que Conor ha abordado la cuestión de su condición sexual en sus canciones, por lo que se ve, en su vida privada este fue un capítulo que nunca ocultó. Tampoco lo hizo el año pasado, cuando en  tema “Ocuppy Your Mind” denunciabla la políticas persecutorias contra la comunidad homosexual en la Rusia de Putin (aunque, ya que estamos, tengo que reconocer que a mí me gustaba bastante más la cara B de aquel sencillo, “Beatitudes“). La cuestión es que estas nuevas canciones del tercer largo de Villagers van mucho más allá del “hola, soy Conor O’Brien y voy a sentirme mucho mejor si os cuento que soy gay, y que estoy orgulloso de ello”: diría más bien que es un disco de aceptación de uno mismo, con nuestras virtudes y nuestro defectos, en un ritual tan complicado como necesario. Y ese proceso sólo puede hacerse, claro, desde la más estricta intimidad.

El autoexamen le ha sentado muy bien: en un proceso en el que encuentro algunos paralelismos con el exitosísimo “Carrie & Lowell” de Sufjan Stevens, la reducción de elementos suma en vez de restar, y aporta un cierto plus de credibilidad a los recuerdos que desgranan sus autores. En el caso de O’ Brien, ese proceso de reconocimiento emocional  le llevó a encerrarse en su granja-estudio de Malahide (norte de Irlanda) donde compuso, grabó y mezcló las nueve canciones que finalmente se han publicado. De entre todas ellas, me quedo sobre todo con “Hot Scary Summer” y esta “Courage“, instalada desde que se publicó en febrero en ese lugar especial que reservo para las canciones más hermosas del año. La enésima demostración de que, para eso tan difícil de alcanzar el alma del público con una canción, ser honesto con uno mismo resulta mucho más eficaz que los arreglos más complejos. Claro, que, como muy bien canta O’Brien en este tema, hay que tener el valor para hacerlo…

Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2105, Damien Rice, Darling Arithmetic, Domino Records, Folk-pop, VillagersEnlace permanente2 comentarios

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