En los tiempos que corren, en la cocina también se imponen modas: Dietas milagrosas, fundamentalismo nutricional, productos de temporada que los vemos hasta en la sopa y que, luego de un tiempo, desaparecen irremediablemente sin que nadie recuerde siquiera sus nombres... Es que con todos los canales de comunicación de que disponemos en la actualidad, las modas se multiplican con absoluta facilidad, sea a través de redes sociales, modos de vida de famosos o blogs de aficionados. Uno de los productos que se han plantado con fuerza en los últimos tiempos es el kale, también conocido como col rizada o col crespa (que, en rigor a la verdad, no se descubrió hace algunos años, sino que se conoce desde hace tiempos remotos y que ya nuestras bisabuelas o abuelas la utilizaban; claro que no con tanta pompa...).
En este punto hay que decir que las modas, a veces, también tienen su pelín de cosa buena porque cuando algo es sano y nos brinda muchos nutrientes no podemos permitirnos que nos lleven de las narices y nos orden cuándo comerlo y cuándo no. Si algo es saludable, lo es más allá de las modas. Y se acabó. Por eso, en mi cocina el kale/col rizada tiene un lugarcito especial en el recetario y hoy les traigo otra preparación en la que pueden utilizarlo. Con la ventaja, además, de que es un plato ideal tanto para tomar en días de frío (como los que estamos teniendo por estos lares del planeta) o como una ensalada templada (para apañar el calor que se siente en los otros lares del planeta). ¿Qué les parece? ;)
Este Cous-cous con kale y arvejas es un plato bien sencillo, pero no por eso menos delicioso. Verán que su textura y su sabor delicados los conquistarán de inmediato, mientras que su ligereza los dejará complacidos sin sentirse pesados. Además, se hace en un ratito; de modo que también puede sacarnos de un apuro con mucha gracia y una buena dosis de nutrientes que no es poco pedir, digo yo...
¿Nos ponemos a cocinar? En una sartén, salteamos 1 cebolla grande junto con 1/4 de pimiento rojo, cortados en brunoise, en 1 cucharada de aceite de coco (o cualquier aceite de nuestra preferencia). Reservamos.
Aparte, ponemos a calentar en una ollita 1 taza de agua potable junto con sal, pimienta, nuez moscada y 2 cucharadas de cebolla de verdeo deshidratada. Al momento que rompa el hervor, le añadimos en forma de lluvia 1/2 taza de cous-cous sin dejar de revolver. Apagamos el fuego, tapamos la ollita y dejamos que se hidrate bien por unos 5 minutos. Luego, añadimos 1 nuez de aceite de coco (puede ser manteca/mantequilla o aceite de oliva) y mezclamos para que el cous-cous quede bien suelto. En ese momento, le incorporamos la cebolla y el pimiento que habíamos salteado previamente. Mezclamos y reservamos.
Entretanto, hervimos 300 gramos de arvejas/guisantes verdes congeladas y, una vez que estén tiernas, las reservamos.
Por último, en 1 cucharada de aceite de coco (o el de nuestra preferencia), rehogamos 1 atado de kale/col rizada (unos 300 gramos aproximadamente) que hemos cocido al vapor. Agregamos las arvejas/guisantes verdes, condimentamos a gusto e incorporamos el cous-cous con cebolla y pimiento que habíamos reservado. Mantenemos en el fuego por algunos minutos para que toda la mezcla tome buen calor y los sabores se amalgamen, y servimos.
Algunas observaciones y recomendaciones finales: Estas cantidades rinden unas 3-4 porciones.
El kale/col rizada de la receta puede reemplazarse por espinaca, acelga o pak choy/bok choy. En caso que empleen espinaca o pak choy/bok choy no es necesario que los cocinen previamente; sólo el kale/col rizada y la acelga, porque sus hojas son más resistentes y duras.
Tanto el kale/col rizada como las arvejas/guisantes verdes de la preparación pueden utilizarse frescos o congelados.
Las arvejas/guisantes verdes pueden ser reemplazadas por porotos, alubias, garbanzos, habas...De igual modo, el cous-cous puede ser sustituido por los granos de su preferencia (arroz integral, blanco o salvaje, trigo sarraceno, cebada perlada...) respetando, en cada caso, los métodos más apropiados para su preparación.
En caso de preparar este plato en versión ensalada, pueden incorporarle tomates, champiñones en láminas (crudos o salteados), cubitos de queso de cabra, huevos duros (estos últimos ingredientes sólo si no buscan una receta vegana, claro está)...
Por último, les recuerdo algunas de las propiedades nutricionales del kale/col rizada como para tenerlo en cuenta, más allá de las modas, a la hora de armar nuestros menús: Contiene vitaminas A, del grupo B (B1 o tiamina, B2 o riboflavina, B3 o niacina y B6), C y K. Además, es rico en calcio, cobre, magnesio, potasio, hierro, fósforo, manganeso y Omega-3. Pero, si con todo esto no alcanza para convencerlos debo mencionar que contiene muy poca grasa y escasas calorías, siendo ideal en dietas de adelgazamiento.
Como ven, esta receta sencilla, a la vez que rendidora, nos ofrece varias opciones para llevar a la mesa tanto como plato de cuchara para combatir el frío con muchos nutrientes como en ensalada para contrarrestar el calor con frescura, ligereza y mucha practicidad.
¿Qué les ha parecido mi propuesta? ¿Utilizan kale/col rizada en su cocina?Espero haberlos tentado con mi receta y que se animen a prepararla; estoy segura que quedarán muy satisfechos.
Nos reencontramos la próxima. Hasta entonces, espero que (con frío o con calor) la pasen muy bien, disfruten junto a sus seres queridos y experimenten en la cocina.
Textos y fotografías: ©Bouquet Garni Recetas
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