Es la única cinta calificada X que ganó el Oscar a la mejor película, a
mi particularmente Schlesinger me gusta mucho, sabe como contar historias con la
realidad y crudeza que requiere un drama como el que nos plantea. Una película
adelantada a su tiempo donde se tocan muchos y variados temas hasta entonces
tabúes para la remilgada e puritana sociedad americana. El tema principal de la
historia en mi opinión es la desmitificación del sueño americano y donde el fracaso de las fantasías de sus
protagonistas es mitigada por la amistad, pero hay que extraerla de una maraña
de espinosos asuntos como la homosexualidad, la prostitución, el abuso sexual o
los traumas infanto-juveniles.
El lavaplatos tejano Joe Buck se va a Nueva York en busca de una vida de mantenido ga cambio de sus supuestos favores sexuales a mujeres de la alta sociedad y que según su forma de pensar estarían poco menos que esperándolo llegar a la gran manzana en el puente de Brooklyn. No tardará en darse cuenta de que las cosas no son así y pagará un alto precio debido a su inocencia puebleril.
Joe desamparado se asocia con el estafador Enrico “Ratso” Rizzo, interpretado magníficamente por Dustin Hoffman, un timador lisiado y tísico que le invita a compartir el cuchitril en el que sobrevive. Joe mientras se mueve por la ciudad de fracaso en fracaso, poco a poco la realidad se apodera de la conciencia de Joe y este abandona su sueño de ser un semental mantenido (momento crucial en la cinta), por el bien de la relación humana real. A partir de este instante Joe se dedicará a cuidar a su tullido amigo y a intentar hacer real el sueño de este, llegar al Florida.
La música de Harry Nilsson pegadiza y rítmica es un canto a la esperanza en medio de este intensísimo drama, donde la desesperanza y el retrato complejo de los personajes de la historia dejan al espectador claro la crueldad de la ciudad para con los protagonistas, magníficamente interpretados por Jon Voight y Dustin Hoffman ambos en su justa medida pagan sus fantasías de grandeza con la mísera e inclemente indigencia. Lo que puedo garantizaros a aquellos que la hayáis o no visto que su visionado sigue conmoviendo y haciéndonos reflexionar sobre el mundo en el que vivimos y sobre la necesidad del ser humano de sentirse amado.