Verdadera perla de los tiempos del medioevo, sede de la universidad más antigua de Europa del este, resurgida de las cenizas luego de los ataques del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, cuna del Papa Juan Pablo II e integrante de la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1978, Cracovia aún sigue seduciendo a los miles de viajeros que deambulan por Europa y la eligen por su extrema y delicada belleza.
Cracovia es la segunda ciudad más importante de Polonia después de Varsovia, la capital. Alguna vez funcionó como la capital del reino polaco (en tiempos en los que aún formaba parte del territorio de Bohemia) y además fue la sede de uno de los obispados más importantes de Europa del Este, pero en 1364 con la fundación de la Academia de Cracovia (actual Universidad Jagellonika), la pequeña ciudad encontró su punto de identidad y se alzó como la sede de la actividad académica más interesante del pais, tanto que año tras año llegan a ella estudiantes de las más diversas partes del mundo para llevar a cabo allí sus carreras de grado o diferentes maestrías.
Para alegría de los viajeros que arriban con ganas de conocerla en profundidad, lo primero que la ciudad ofrece es un espacio pequeño, fácil de recorrer ( puesto que la mayor parte de sitios turísticos, históricos y culturales están en un radio de no más de 5 km.), caluroso en su recepción (los nativos son muy amables y todo el tiempo hacen sentir al extranjero como si estuviera en su casa) y con un número increíble de sitios donde los rincones misteriosos, las callejuelas adoquinadas, los castillos, los pórticos góticos y los amplios jardines boscosos evocan todo el tiempo un pasado de reyes, caballeros, princesas, brujas y unicornios.
En cuanto a su ubicación en el mapa polaco Cracovia ocupa un lugar estratégico, ya que desde ella es muy fácil tomarse un tren y llegar en pocas horas a Varsovia, Wieliczcka (donde se encuentra la mina de sal más grande del mundo y en la cual se ha construído la Catederal de la Santa Kinga, hecha totalmente de sal) o bien a Katowice, Czestochowa, Wroklaw, además de Oswiecim (ciudad lindera de los campos de concentración de Auschwitz y Auscwitz-Birkenau)
Si en su próximo viaje a Europa deciden conocerla, aquí les dejo unas imágenes para que vean con que los va a sorprender Cracovia:
Una estación de trenes que aparece en la mayoría de las películas sobre la Segunda Guerra Mundial.
Hoteles de lujo con fachadas clásicas y ventanas que parecen de un cuento de Gorki.
Iglesias y catedrales con fachadas que asombran por sus formas y texturas.
Restaurantes y tabernas ubicados en edificios históricos.
Cafés pintorescos con decoraciones y música de fondo que invitan a la bohemia de tiempos pasados.
Tranvías que andan lento e invitan a disfrutar la ciudad desde la ventanilla.
Una arquitectura exquisita y muestras escultóricas de las más lindas de Europa del este.
Calles con nombres cómicos.
Símbolos que recuerdan un pasado que es necesario tener presente para que no vuelva a suceder.
Tabaquerías originales en todas las esquinas del casco viejo.
Arcos góticos y calles sinuosas.
Obras de arte de pintores y retratistas callejeros enmarcados por las construcciones medievales.
Castillos como los de los cuentos de hadas y caballeros.
Y una vieja puerta que invita a atravesarla y descubrir una de las ciudades más bellas de la región.