CREAA, seguir invirtiendo en una inversión que no debió ser

Hace no mucho hablaba de como España había creído ser tan rica como para poder gastar en un estado social ingente y creciente, que al final no era tan social y muy amigo de la construcción comosolución a todas nuestras carencias y males. Esto ha tenido como final último que se observaban severas connivencias y corrupciones colusivas que confundían lo de todos, el erario, con lo enajenable por parte de unos pocos sinverguenzas con mayor o menor descaro: Robos en las arcas, recalificaciones o "ayuditas" al constructor que, despúes, lo devolvería con creces para volver otra vez al inicio.A este fenómeno lo llamé hace ya tres años, cuando se esperaba la explosión de la burbuja de la construcción, constructocracia corrupta y a este capítulo pertenece los poco edificantes ejemplos de la trama Gürtel y otros mil más que han afectado a gobiernos públicos de todo corte político y estilo a lo largo y ancho de la geografía del país.Pues la burbuja inmobiliaria explotó, y no aquí, que también, sino en EEUU por esas hipotecas subprime que empaquetadas de mil colores nos han hecho caer en una crisis que a poco se nos lleva por delante el sistema financiero. Además de todo esto la coyuntura española de construccción y sol ha sufrido más, mucho más, indeciblemente más, con la mirada al tendido de políticos que no han hecho nada de nada: ahora lo pagamos.Que ocurre ahora con esas alianzas increíbles, con aquellos servicios excelsos para pueblos pequeños, aquellos pabellones de deporte, aeropuertos, teatros e infinitos lugares que, alguien deberá pagar.No haga cábalas, lo pagará usted, pero no usted solo, para consuelo de tontos, sepa que yo y millones más pagarán esto, pagarán la más que evidente quiebra mantenida de las cajas que eran guarida de politicastros del estilo antes dicho, de los amiguismos y choriceos, de la gestión por la construcción, y todo esto con esa sonrisa Wallace que es más que una afirmación de la alegría un rictus que responde: ¿Que vamos a hacer?Traigo en este escenario un caso del que escribí: La creación del Centro de Creación de Artes de Alcorcón, Madrid. Una elefantiásica inversión, que buenamente habrá subido un 20 0 30% más de lo inicialmente presupuestado, y que ahora en su finalización, habiéndose tragado un parque entero para el vecindario, se encuentra que para dar el servicio que prometieron, para poder "elevar" el nivel cultural de un pueblo con otro teatro público y con Madrid y sus teatros a 12 km requiere más fondos, muchos más. ¿Era necesario?, ¿Era una necesidad candente?, ¿Era un grito sordo de los ciudadanos? a todo respondo que no, ahora además del gasto que añade más déficit al segundo municipio, tras Madrid, más endeudado de la Comunidad, habrá que seguir insuflando dinero para dar sentido y programación a la construcción.¿Es esta la gestión que tenemos de nuestros políticos?; gasto, gasto, gasto y no una gestión adecuada no solo a los ingresos presentes y futuros sino a las necesidades de los ciudadanos y no a las mayores o menores presiones de lobbies.La reflexión es: ¿En cuantos lugares deberán los ayuntamientos hacerse cargo de la irresponsabilidad de unos gestores con la mirada en sus cuatro años de legislatura?, ¿Cuando deberemos pagar por una gestión: construcción, construcción, construcción, que como la cigarra nos ha recordado que llegaba el invierno de la falta de recursos?.Construcción en este blog: http://almadormida.blogspot.com/search/label/ConstrucciónImagen: http://www.madridesmadrid.com/index.php/category/alcorcon/Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte. A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar. Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.