Jueves 11 de Junio de 2015
ESO dio a conocer una magnífica imagen captada por el VLT de una zona de formación estelar gigante alrededor de la llamativa nebulosa NGC 3603, donde constantemente están naciendo estrellas. Se trata de uno de los más luminosos y compactos cúmulos de estrellas masivas y jóvenes en nuestra Vía Láctea, el que representa un buen equivalente “local” de regiones de formación estelar muy activas en otras galaxias. El cúmulo también alberga la estrella más masiva que ha sido “pesada” hasta ahora. NGC 3603 es una zona de formación estelar, es decir, una fábrica cósmica donde las estrellas nacen frenéticamente a partir de las extensas nubes de gas y polvo de la nebulosa.
Ubicada a 22 mil años luz del Sol, es la región de este tipo más cercana que se conozca en nuestra galaxia, entregando a los astrónomos un banco de pruebas para estudiar procesos de formación estelar intensos, muy comunes en otras galaxias, pero difíciles de observar en detalle debido a su gran distancia. La nebulosa debe su forma a la intensa luz y vientos provenientes de jóvenes estrellas masivas que levantan cortinas de nubes y gas, revelando una multitud de soles resplandecientes. El cúmulo central dentro de NGC 3603 alberga miles de estrellas de todo tipo, la mayoría tiene masas similares o menores a la del Sol, pero las más espectaculares son aquéllas más masivas que están cerca del final de sus vidas.
Muchas estrellas azules súper gigantes se agrupan en un volumen de menos de un año luz cúbico, junto a tres de las llamadas estrellas Wolf-Rayet, que son estrellas extremadamente brillantes y masivas que expulsan grandes cantidades de material antes de acabar en gloriosas explosiones conocidas como supernovas. Utilizando otra serie de observaciones recientes realizadas con el instrumento SINFONI, instalado en el telescopio VLT o Very Large Telescope de ESO, los astrónomos han confirmado que una de estas estrellas es cerca de 120 veces más masiva que nuestro Sol, destacando como la estrella más masiva conocida hasta ahora en la Vía Láctea.
Las nubes de NGC 3630 nos dan una imagen familiar de estrellas en diferentes etapas de su vida, con estructuras gaseosas que aún están convirtiéndose en estrellas, otras recién nacidas, adultas y algunas llegando al final de su vida. Todas estas estrellas tienen aproximadamente la misma edad -un millón de años-, un abrir y cerrar de ojos comparado con nuestro Sol y Sistema Solar de 5 mil millones de años. El hecho de que algunas estrellas están recién comenzando sus vidas mientras otras ya están muriendo se debe a sus extraordinarios rangos de masas: las estrellas más masivas, muy brillantes y calientes, arden a lo largo de su vida mucho más rápido que sus homólogas menos masivas, más débiles y frías.
Fotografía original
Crédito: ESO