Hoy en día, volver a las costumbres que eran habituales antiguamente se ha convertido en toda una tendencia. Así pasa con el cultivo de las verduras y hortalizas. Criar nuestros propios tomates y lechugas, ver crecer las judías verdes en hermosas matas que trepan y descubrir cómo el verde de nuestros pimientos se va tornando en ese color rojizo que tanto los caracteriza, es una experiencia que, si para los mayores es satisfactoria, para los niños es indescriptible.
No es que estemos hablando de autoabastecimiento, pero crear unhuerto con los niños es el primer paso para que comprendan el proceso de cultivo de las plantas y el tiempo y mimo que requieren hasta que llegan a nuestra cocina.
Para empezar, lo primero es habilitar un espacio dentro o fuera de vuestra casa que tenga suficiente luz para las plantas y que no esté demasiado expuesto a las inclemencias del tiempo en el caso de que sea exterior. Recordad que si este último es vuestro caso, tendréis que crear un invernadero para que las plantas no se hielen por la noche y la temperatura sea la adecuada para su crecimiento.
Los niños se tienen que sentir como auténticos agricultores, por lo que necesitanherramientas y material adaptado tanto a su tamaño como a su pericia para que no se lastimen y les resulte más fácil ayudaros con la tarea.
Y una vez todo esto listo, sólo tenéis que elegir las plantas que os apetece cultivar. Si no conocéis la técnica, podéis acudir a cualquier tienda en la que vendan semillas para que os expliquen los cuidados concretos que requiere cada planta y la época del año en la que se cría cada una de ellas o bien consultarlo en internet donde podréis seguir paso a paso el cultivo y crecimiento de las plantas. Recordad seguir los pasos que os indiquen, ya que las plantas como seres vivos que son, necesitan unos cuidados concretos y mucho cariño para que germinen, sobrevivan y den sus frutos.
Participar y ver este proceso con los pequeños es increíble. Explicadles el porqué de cada paso que dais, por qué necesitan agua y la luz del sol para crecer y dejadles participar en el proceso para que se sientan parte del resultado.
Y aunque no consigáis una cosecha muy abundante, estaréis dando un gran paso para que vuestros hijos conozcan y comprendan un poco mejor la naturaleza y su funcionamiento.
Vía | lapuertapequena.com