Revista Psicología

Crecer después del trauma y las Terapias neurocientíficas

Por Miriam100890

Hoy tenemos con nosotros a ¡Oriol Lugo! Y viene a hablarnos de la parte positiva de los sucesos doloroso, de cómo podemos utilizarlos para evolucionar a nivel personal y cómo las terapias neurocientíficas pueden ayudarnos a ello.

¡Todo tuyo!

despues del trauma

A lo largo de la vida podemos pasar por muchos sucesos traumáticos y dolorosos. Por ejemplo, separaciones de los padres, muertes de familiares, accidentes de tráfico, maltrato psicológico o físico, abusos, adicciones…

Estos acontecimientos de alguna manera van configurando nuestras creencias, nuestros valores, nuestras conductas y comportamientos, en definitiva quienes somos.

Cuando la gente habla de los traumas o de estas experiencias que han causado un gran dolor o pesar, suelen olvidarse de su lado positivo.

 ¿Pero es que a caso hay algún elemento positivo?

La respuesta es afirmativa. Se empieza a tratar cada vez más el concepto de “crecimiento postraumático”, que plantea que la persona que ha sufrido un trauma, puede llegar a concebirse a sí misma de una manera más fuerte y segura, además de cambiar las relaciones con los otros, estrechando los vínculos, y todo ello, acompañado también de cambios profundos en cuestiones filosóficas, espirituales o religiosas.

Según Lawrence G. Calhoun y Richard Tedeschi, profesores de la Universidad de Carolina del Norte, el “crecimiento postraumático” es más habitual de lo que nos imaginamos.

Cuando alguien es capaz de superar un trauma, su sistema neurobiológico se adapta y se generan nuevas conexiones cerebrales que permiten hacer aprendizajes, muchos de ellos positivos acerca de la propia persona, de los demás y del entorno.

Estos mismos autores remarcan los beneficios de mejora de las relaciones en general, una mayor percepción de las posibilidades de desarrollo personal, una mejor apreciación de la vida, un sentido mayor de fortaleza personal y de desarrollo espiritual. Los sujetos de traumas que han reportado un “crecimiento postraumático” expresan que dentro de la pérdida, se ha generado también una ganancia de gran valor.

Por ejemplo aquellas personas que han sufrido de una angina pulmonar suelen dejar de fumar de inmediato. Otros casos serían los de las personas que han sufrido un infarto cardíaco y como consecuencia cambian sus hábitos alimenticios. O también las personas que tras un accidente automovilístico ganan mayor consciencia de la importancia de una conducción segura o de no tolerar ningún consumo de alcohol cuando se conduce.

Los mismos autores afirman que tal crecimiento no es fácil ni libre de sufrimiento. En una gran mayoría de ocasiones los efectos secundarios de un trauma no tratado pueden persistir, además de la dificultad de adaptación a la vida diaria del sujeto.

De esta manera un nuevo cuerpo de terapias basadas en los avances de las Neurociencias, las Terapias Neurocientíficas o de Reprocesamiento, nos permiten poder superar los traumas. Su acción va directa al origen del suceso perturbador y a través de sus diversas metodologías y herramientas, ayudamos a activar los mecanismos cerebrales endógenos para que el propio organismo sane. Una de estas terapias es el EMDR, (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares), la cual nos permite agilizar la resolución y la liberación del trauma, con los MOR (Movimientos Oculares Rápidos).

Esta metodología, nació de la mano de Francine Shapiro en su descubrimiento a finales de los años 80. La psicóloga americana trabajó emulando el movimiento ocular de la Fase REM. Haciendo que el paciente siguiera con la mirada los sets o movimientos horizontales que producía el terapeuta con los dedos, podía obtener los mismos efectos reparadores que durante el sueño profundo o fase REM. Al dormir movemos los ojos a gran velocidad; este mecanismo natural permite reprocesar las experiencias vividas y además reducir o eliminar el estrés. Con estos movimientos permitimos que se reduzca los niveles de activación en la amígdala.

Una vez la persona ha podido superar sus traumas, permite que aparezcan los recursos naturales y que la experiencia tome una nueva perspectiva más positiva. Por ejemplo, las personas que han pasado por un proceso de EMDR, suelen obtener nuevos aprendizajes o a sentirse más empoderadas consigo misma. En mi experiencia personal, puedo afirmar que la sensación de tranquilidad y de serenidad se puede empezar a sentir desde una primera sesión.

Las emociones que no se trabajan quedan encapsuladas y se activan los mecanismos de defensa. Delante de un suceso doloroso, es habitual negar o reprimir lo ocurrido. Esto lo único que genera es que esta emoción o herida emocional quede grabada en nuestro organismo pudiendo afectarnos en nuestro día a día. También estas emociones congeladas pueden actuar como si fueran una bomba de relojería, estallando en el momento más insospechado.

Por ejemplo, una persona que no ha resuelto el duelo por la muerte de un familiar, puede negar que sienta tristeza o dolor al pensar en su padre. Entonces esta persona puede seguir en su día a día evitando cualquier elemento que le recuerde la figura de su padre. Más adelante, puede ocurrir que un suceso que no tenga aparente conexión, como por ejemplo la muerte de una mascota o una discusión de pareja, active ese recuerdo doloroso no procesado y que la persona se extrañe por su alta labilidad emocional. Aparentemente los dos episodios están desconectados, pero quizás hay algún nexo o asociación. Lo que sí que es evidente es que el trauma sigue presente en la persona al igual que sus síntomas que pueden aflorar en toda clase de manifestaciones.

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También hay personas que los traumas les afectan a nivel corporal. Pueden ser tensiones en la espalda, migrañas o dolores estomacales que aparecen a partir del suceso. La persona puede continuar con sus rutinas habituales, negando cualquier relación y cuando sucede algún acontecimiento que puede estar ligeramente vinculado, estos dolores se intensifican.

De aquí la importancia de poder trabajar los traumas o las vivencias dolorosas, ya que dentro del “crecimiento postraumático” habría también un apartado de liberación física o corporal.

La modificación o reducción de las somatizaciones pueden ser también un buen indicador de que la experiencia ha empezado a ser reprocesada y que por lo tanto se está produciendo el “crecimiento postraumático”.

A modo de conclusión, el psiquiatra y fundador de la Logoterapia, Viktor Frankl sería un ejemplo de “crecimiento postraumático”. Cómo superviviente de un campo de exterminio, él expresaba su superación del trauma así:

“No existe ninguna situación en la vida que carezca de auténtico sentido. Este hecho debe atribuirse a que los aspectos aparentemente negativos de la existencia humana, y sobre todo aquella trágica triada en la que confluyen el sufrimiento, la culpa y la muerte, también puede transformarse en algo  positivo, en un servicio, a condición de que se salga a su encuentro con la adecuada actitud y disposición.”

En su caso, obtuvo muchos aprendizajes de lo que vivió y además le sirvió para poder generar una nueva corriente dentro de la Psicología que ayuda a las personas a encontrar su sentido en la vida.

En el caso de los supervivientes del Holocausto, hubo muchos que sufrieron de traumas para toda la vida pero también hubieron que trabajaron para poder superarlos y dar un nuevo sentido en su vida.

En la actualidad el EMDR es empleado con militares que han regresado de la guerra, con personas que han sufrido de desastres naturales o incluso con personas que han sido víctimas de un ataque terrorista.

En los últimos atentados terroristas en París se ha usado el EMDR como terapia para atender a las víctimas del suceso.

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Bibliografía

Fernández, I. (2016). EMDR. Fase I. En F.García (Presidencia). EMDR. Fase I. Jornada de formación llevada a cabo por Asociación EMDR España, Barcelona.

Frank, V. (2013). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder.

Rothschild, B. (2015). El cuerpo recuerda. La Psicofisiología del trauma y el tratamiento del trauma. Barcelona: ELEFTHERIA

Rothschild, B. (2014). 8 Claves para superar los traumas de forma segura. Barcelona: ELEFTHERIA

Shapiro, F. (2013). Supera tu pasado. Tomar control de la vida con el EMDR. Barcelona: Kairós.

Shapiro, F. (2004). EMDR: Eye Movement Desensitization and Reprocessing. Desensibilización y reprocesamiento por miedo de movimiento ocular. México, D.F.: Editorial Pax México..

Tedeschi, G.R., Park, L.C., Calhoun, G.L. (2009). Posttraumatic Growth: Positive Changes in the Aftermath of Crisis. New Jersey: Taylor&Francis e-Library.


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