Revista Cultura y Ocio

Crecimiento personal y emprendimiento digital

Publicado el 27 noviembre 2020 por Pinceladas19
Crecimiento personal y emprendimiento digital

Conocerse a nosotros mismos es muy importante y es un trabajo diario. Es bueno aprender a disfrutar del presente. Sin embargo, ignorar nuestro pasado no es una opción.(Fuente: Elaboración propia).

El crecimiento personal también implica revisar y reconciliarnos con nuestro pasado familiar, personal y sentimental. Es necesario revisitarlo de vez en cuando, sobre todo el nuestro personal y sentimental. Debemos dedicarnos tiempo a nosotros mismos tanto para los recuerdos agradables como para los agridulces.

Se habla mucho de escribir páginas matinales y de la terapia de la escritura de un diario. La primera técnica no la he practicado y la segunda lo he intentado varias veces sin llegar nunca a sentirme cómoda.

Hay varias maneras de trabajar con esos recuerdos que de pronto regresan años después y te desastibilizan. Una es no silenciarlos y reflexionar sobre ellos, quizá tus recuerdos estén sesgados. Otra es hablar de ello con alguna persona de confianza a la que hayas conocido tiempo después. Por último, coge boli y papel y escribe sobre tus sentimientos y emociones de entonces.

La escritura a mano de lo que sentiste en aquel momento te ayudará a cerrar aquella etapa. Hacerlo en tercera persona y en pasado es perfecto para tomar distancia y perspectiva. Y si sabes y quieres hacerlo, también sería recomendable que pudieses contextualizar dicho acontecimiento dentro de tu vida y crecimiento personal.

?Texto e imagen publicados en Instagram el 23 octubre 2020

Crecimiento personal y emprendimiento digital

Hacía mucho tiempo que no iba a una librería y una novela me atraía nada más verla. Eso me pasó ayer por la tarde y con la que ilustro esta publicación. (Fuente: Elaboración propia).

Su título y el diseño de su portada me llamaron la atención. Leí su sinopsis y esta me conquistó. Aún no había leído el nombre de sus autores y no me había fijado en su faja con la recomendación de María Pombo. No había descubierto nada de este libro en ninguna de las redes sociales en las que estoy ni en los blogs de Literatura a los que de vez en cuando les echo un vistazo.

Ha sido una compra a ciegas. No soy seguidora de ellos ni de nadie de su círculo de amistades en ninguna red social. Apenas sigo a influencersde moda y belleza. No sé casi nada de ellos, salvo algunas cosillas que me han contado gente cercana que los sigue.

Sí, son influencers, tienen veintipocos años y proceden de familias muy bien posicionadas a nivel socioeconómico. Sería fácil prejuzgarlos, quedarnos sólo en lo superficial y caer en tópicos. Sin embargo, he decidido darles una oportunidad para descubrir su historia personal y su estilo narrativo. Quizá estamos ante unas promesas de la narrativa española.

En estas horas he investigado un poco sobre ellos y su novela debut. Me ha sorprendido su honestidad y naturalidad. Me parecen mucho más sinceros y transparentes que muchos de los influencers veinte y treintañeros que han surgido en los últimos años en los sectores del marketing y el crecimiento personal.

Las biografías de estos últimos son demasiado largas y con muchos detalles que no encajan. Me refiero a aquellos que hablan de sus inicios o puntos de inflexión en su trayectoria en la veintena y en los peores años de la crisis de 2008. La mayoría de ellos son de mi edad más o menos, es decir superamos ya los 30 por pocos años. Al comparar sus trayectorias con la mía y las de compañeros del colegio, la facultad o la Erasmus es cuando me encajan aún menos.

?Texto e imagen publicados en Instagram el 25 octubre 2020

Crecimiento personal y emprendimiento digital

Las imágenes que un emprendedor debe mostrar en Instagram han de ser profesionales y en apariencia naturales. Esta no lo es. Lo sé. (Fuente: Elaboración propia).

Hace ya algunos años que apenas veo fotos espontáneas en redes sociales. Han convertido lo más cotidiano en algo artificial y demasiado idealizado. Ya casi ninguna de ellas recuerda lo que significaron las redes en sus inicios.

Sí, sé que los que hace una década éramos aún universitarios, ya superamos los 30. Hemos crecido y nuestras preocupaciones han cambiado. Es lógico que no hagamos ni mostremos ciertas situaciones. Sin embargo, sorprende que los que ahora están en la veintena sólo publiquen imágenes muy estudiadas y poco realistas.

Echo de menos la espontaneidad y la improvisación. Apenas las observo en las imágenes y textos que publican los emprendedores digitales, sobre todo, en aquellos que no llegan a los 30.

¿Es tan importante planificar todos tus contenidos con meses de antelación? ¿Es necesario estudiar y maquillar lo que mostrarás de tu cotidianeidad en las redes? ¿Eres un mal emprendedor si haces lo contrario a la estandarización que se observa en las cuentas más profesionales de las redes sociales?

Mi respuesta a esas preguntas es NO. Prefiero ser yo misma y que quien me descubra me reconozca por el estilo de mis textos e imágenes. Cuando alguna vez me he sumado a las tendencias o he intentado seguir alguno de los consejos que se pueden encontrar en Internet, no me he sentido yo misma y me he llegado a frustrar como emprendedora.

La Elena de esta foto estaba de Erasmus y decía que nunca opositaría ni tampoco sería funcionaria. Lo comento porque esas negaciones tan tajantes pueden convertirse en tu realidad. Al menos ha sido así en mi caso.

Este 2020 está siendo muy complicado y aún nos quedan algunos meses así. No es el mejor momento para empezar una nueva etapa profesional e ilusionarte. Sin embargo, las dificultades nos ayudan a conocernos mejor, a mostrarnos una faceta de nosotros mismos que desconocíamos y a crecer.

Este 2020 (y seguramente también 2021) nos ha enseñado a hacer planes a muy corto plazo, aceptar las situaciones como llegan y saber adaptarnos e improvisar.

📸2009

?Texto e imagen publicados en Instagram el 6 noviembre 2020

Crecimiento personal y emprendimiento digital

Cuando emprendes, uno de los primeros detalles a los que tienes que prestar atención es la identidad corporativa. Has de pensar en lo que te define como marca y elegir un diseño, tipografía y colores que puedan describirla. (Fuente: Elaboración propia).

Lo ideal es hacer una pequeña investigación de las de tu sector profesional y de diseñadores gráficos. También sería recomendable buscar y analizar la de otros sectores y que estos sean diversos entre sí. Estudiemos las identidades corporativas de los contactos profesionales que vayamos haciendo en nuestra carrera emprendedora y también de las marcas que descubramos durante nuestra propia trayectoria.

Busquemos una identidad con la que nos sintamos cómodos y nos identifique. No nos ciñamos a las normas que rigen nuestro respectivo sector. Vayamos más allá. Leamos y estudiemos todo lo que encontremos en Internet sobre identidades corporativas y storytelling: páginas web, guías gratuitas, publicaciones en redes sociales, etc. Y lo más importante busquemos feedbacka la hora de crearla y cuando ya esté diseñada.

Esta imagen es una versión beta de mi identidad corporativa. Se trata de una marca personal donde se destaca que se trabaja con textos. La a es la letra más característica del alfabeto que se eligió para el diseño. También es un reflejo de mi faceta como historiadora. Es una identidad con la que aún me identifico, aunque ya no tanto como cuando empezó este 2020 tan extraño y complicado.

Quizá la razón por la que ya no me identifique tanto con esta identidad sea haberme reencontrado en los últimos meses con la Elena arqueóloga. Siento que ha llegado el momento de revisarla y redefinirla. Ahora busco que esta incluya detalles gráficos que puedan asociarse con la Arqueología y donde destaque más mi apellido que mi nombre.

?Texto e imagen publicados en Instagram el 10 noviembre 2020

Crecimiento personal y emprendimiento digital

Cuando haces una auditoría interna de tu proyecto emprendedor, hay que ser honesto y arriesgar. Es una etapa interesante para mirar hacia adentro y conocerse mejor a uno mismo. (Fuente: Elaboración propia).

Es buen momento para tomar distancia e intentar vernos como potenciales clientes de nosotros mismos. ¿Cómo nos gustaría que nos tratasen? ¿Cómo sería esa atención al cliente que nos haría sentir cómodos y confiar en lo que nos ofrecen? ¿Nos fiamos de aquello que mostramos a los demás en Internet? ¿Hay algo que no nos encaja y nos hace desconfiar?

En marketing se habla mucho del cliente ideal. Un concepto abstracto e idealizado. La mayoría de las veces parece un reflejo algo maquillado del propio emprendedor en varias etapas de su vida. Algo que se percibe muy bien cuanto más largos e innecesarios son los textos de las distintas secciones de sus páginas web.

En el emprendimiento digital se ha impuesto la urgencia y la necesidad de contestar al momento. Eso no debe ser así. No deberíamos exigir a otros profesionales logos, fotos, textos o páginas web para ayer. Estas pueden esperar semanas o meses y aprovechar ese tiempo para trabajar otras cuestiones como las creativas, las administrativas o la atención al cliente.

Tratemos a los potenciales colaboradores y/o clientes como nos gustaría que nos tratasen a nosotros. Ejemplifiquemos con el respeto y la educación hacia ellos. Evitemos justificarnos si no contestamos de manera inmediata y no saturemos sus bandejas de entrada durante un lanzamiento. Escribamos correos que sean concisos y con un lenguaje formal y adecuado a un contexto profesional.

Somos emprendedores, pero apenas conocemos a esos posibles colaboradores y/o clientes. Con la mayoría apenas hemos tenido contacto por Internet, son pocos con los que hemos intercambiado algunas palabras a través de una pantalla y muchos menos a los que hemos desvirtualiazado. Desconocemos sus circunstancias y el contexto en el que se enmarca su crecimiento personal, al igual que ellos el nuestro. Es un error decirles cómo han de rellenar el formulario que le enviamos o el curso gratuito que realicemos.

?Texto e imagen publicados en Instagram el 21 noviembre 2020

7   Enlace a mi Instagram: https://www.instagram.com/elevelarde/


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