Los bancos anuncian que ya han vuelto a conceder créditos a los ciudadanos comunes, pero, según numerosas denuncias, algunas proclamas son engaños que pueden llevar a los ingenuos a hacer gastos confiando en ellas.
Una de las acusaciones más comunes se dirige contra Bankia, que promete la concesión de créditos instantáneos de entre 3.000 y 12.000 euros para sus clientes con ingresos fijos y nómina domiciliada, pero que resultan información falsa o publicidad engañosa.
Según el anuncio, el crédito inmediato y personalizado se obtiene instantáneamente a través de la banca de internet. Hecho el pedido, ingreso instantáneo en la cuenta.
El lema es rotundo: “Tenga el dinero ingresado en su cuenta al instante”. La antigua Cajamadrid parece confiar en el historial de los clientes a los que dirige la oferta.
Pero una vez cubierto el formulario informático los clientes deben hacer personalmente similares trámites a los de los préstamos tradicionales. Trámites con los que, además, pretenden comprometerle con otros productos financieros.
Este caso parece ser parte de la campaña publicitaria, inicialmente política, para que se crea que la economía y la sociedad están normalizándose y acercándose al estado anterior a la crisis: las elecciones europeas acechan.
Se repite con otras palabras la consigna aznarista del “España va bien”. Y aunque es cierto que mejora levemente, estas promesas falsas o falseadas parecen sustituir el regalo de sartenes, ollas y otra cacharrería doméstica a quienes cautamente abran o amplíen cuentas.
Bankia es ejemplo de esos anuncios que prometen un futuro confortable y de cielos límpidos como el de esa película ya clásica “The Truman Show” en la que un genio de la comunicación crea un ecosistema artificial, una enorme burbuja, para que desde su nacimiento Truman Burbank viva inocentemente en un falso mundo maravilloso.
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